La ponencia del PP defiende la «cultura de la vida» y apuesta por los paliativos frente a la eutanasia

La Ponencia Política que ha realizado el PP para su Congreso Nacional –que se celebrará los días 4, 5 y 6 de julio– tiene un apartado dedicado a «una sanidad que cura y previene». En este epígrafe la formación que encabeza Alberto Núñez Feijóo afirma que «hay que defender la vida», y que, por ende, «defendemos la dignidad de toda vida humana y la necesidad de garantizar los cuidados paliativos que sean necesarios a quienes más lo necesitan hasta el último suspiro».

«Escogemos la cultura de la vida digna siempre y, para ello, nos comprometemos con un sistema de cuidados paliativos mejor dotado y humanizado», señala el texto de los 'populares' en una apuesta por los tratamientos que buscan mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades graves o terminales frente a la eutanasia.

En este contexto, la Ponencia del PP, de 39 páginas, también asegura en sus «principios» que «nuestros valores nacen del humanismo cristiano», y en consecuencia abogan por «la dignidad de la vida humana, la libertad, la responsabilidad, la justicia, la igualdad, la solidaridad y el carácter subsidiario del Estado». Además, subrayan que «el Estado debe estar allí donde el individuo y la sociedad organizada no pueden llegar y no debe aspirar a reemplazarlos».

De hecho, el PP se define como «un partido de centro-reformista, que, a partir de la tradición ideológica del liberalismo, la democracia cristiana y el conservadurismo, quiere representar a todos los españoles que creen en la democracia liberal, en la economía social de mercado, en la libertad, la justicia y la igualdad, en una Europa fuerte y en una España unida y plural, a cuyo futuro quieren contribuir».

Igualmente, la Ponencia Política manifiesta que «defendemos la familia sin dogmatismos» debido a que «es la primera red de cuidados, una eficaz escuela de respeto, y el más potente vehículo de transmisión cultural». De esta manera, aseveran que «frente a quienes atacan a la familia y quieren sustituir su papel por la intervención del Estado, nosotros afirmamos que es una institución imprescindible, que seguirá evolucionando, sin perder su esencia».

Por su parte, el documento expresa que «la igualdad, junto con la dignidad de toda vida humana y la legalidad, deben guiar nuestra respuesta ante el drama de la inmigración irregular». «Miles de personas, condenadas por su origen a la falta de oportunidades y vías legales, son usadas por mafias que comercian con su desesperación, arriesgando y perdiendo sus vidas en el mar. Es urgente una política migratoria firme, legal y segura, que proteja a los más vulnerables y frene esta tragedia. Solo con un enfoque justo y ordenado podremos garantizar una integración humana y real basada en el respeto y en valores compartidos», se añade.