
Alberto Núñez Feijóo, durante el discurso de clausura del 21º Congreso nacional del PP
Las claves de su Congreso nacional
El PP entra en un dulce compás de espera con el reto de atraer a votantes de Vox
Los populares salen de su «Congreso de la unidad», que así lo han bautizado, convencidos de que el sanchismo está en su tiempo de descuento. Y de que pronto les tocará gobernar, esta vez sí
Uno de los mayores enemigos del PP hoy por hoy es la ansiedad. Ansiedad de visualizar la meta y querer correr más de lo que dan las piernas. Por eso Alberto Núñez Feijóo advirtió a los suyos en los compases finales del 21º Congreso nacional del PP: «No nos confiemos con la sonrisa de las encuestas. La única sonrisa que vale es la de las urnas». Y las urnas, a su vez, dependen de cuando quiera ponerlas Pedro Sánchez en los dos próximos años.
Los populares salen de su «Congreso de la unidad», que es así como lo han bautizado, convencidos de que el sanchismo está en su tiempo de descuento, independientemente de cuánto dure la agonía. Y de que pronto les tocará gobernar, esta vez sí. Reconocen que es difícil mantener la cabeza fría y que no pueden sentarse a esperar, sino que deben coger el pico y golpear el muro hasta que caiga, como pidió la presidenta madrileña.
Isabel Díaz Ayuso mantuvo un perfil discreto hasta el acto de clausura de este domingo. O lo intentó al menos, porque las cámaras y los compromisarios le siguieron allá por donde iba durante los tres días. Ella mejor que nadie ha leído el momento en el que está el PP: todos a una detrás del presidente del partido, aunque sotto voce a algunos les preocupa que no tire lo suficiente en las encuestas, estando el sanchismo en descomposición. La imagen de José María Aznar y de Mariano Rajoy el viernes y el domingo flanqueando a Feijóo, respaldando su proyecto para España y para el PP, ha sido de las más simbólicas de este cónclave.

Aznar, Rajoy y Ayuso acompañando a Feijóo en el escenario
Un día después, Feijóo convirtió ayer su última intervención en el Congreso nacional en lo más parecido al discurso del candidato a la Presidencia que daría si pudiera presentar una moción de censura con posibilidades de éxito en el Parlamento, aunque no sea el caso. Con propuestas en materia de vivienda, seguridad, regeneración democrática e institucional, política hídrica, sanidad, inmigración ilegal y lenguas.
Aunque básicamente las resumió en una idea: «Solo hay dos opciones: o Sánchez o yo. No hay más. O Sánchez o nosotros. Y yo quiero un Gobierno en solitario». Con apoyos parlamentarios, añadió después. Su objetivo es ambicioso y la única forma posible de conseguirlo es lograr un PP de amplio espectro desde la centralidad, al que voten tanto antiguos votantes del PSOE como de Vox. «La centralidad política no es indefinición, sino ambición de llegar a más gente», según Feijóo. Pero hay un elefante en la habitación del que nadie habló: el partido de Santiago Abascal está muy fuerte en las encuestas; y, sondeo tras sondeo, su fidelidad de voto es la mayor de todos los partidos.

Una imagen de la jornada de clausura del Congreso nacional del PP
Vox es un reto para la renovada dirección nacional del partido. El PP quiere atraer a sus votantes. De ahí que el líder de los populares haya incorporado a perfiles combativos como los de Ester Muñoz, Alma Ezcurra y Jaime de los Santos, además de dar más galones a Miguel Tellado y a Cayetana Álvarez de Toledo. Y de ahí que, públicamente, Feijóo anunciara este domingo que no hará un cordón sanitario a la tercera fuerza política de este país, con un guiño a sus votantes: «Sus votantes merecen un respeto, y yo no estoy dispuesto a arrinconarles», aseguró.
A la misma hora en la que Feijóo prometía «reducir la inmigración ilegal» pero a la vez rechazaba «el discurso de odio» -en alusión a Vox-, Abascal se plantaba en Alcalá de Henares para protestar contra el centro de acogida de inmigrantes de la localidad. Ello tras la violación de una joven por parte de uno de sus residentes, presuntamente. «Esto no ocurre porque sí, sino por unas políticas de inmigración masiva promovidas por el bipartidismo», lamentó.
En este Congreso nacional, el presidente de los populares ha querido despejar las dudas sobre su política de pactos. Sobre Vox, pero también sobre Junts: «Yo no voy a dar al independentismo lo que no quiero y lo que no puedo, ni a firmar nada que vaya en contra lo que hemos aprobado hoy aquí. Y nada es nada», mantuvo.
Lo aprobado en el Congreso es una ponencia política que delimita el perímetro, pero no concreta (no es el papel de una ponencia política, argumentan en el PP). «Para alcanzar el Gobierno, no vamos a renunciar a defender la nación, la Constitución y el interés general, ni entraremos en subastas políticas. La defensa del Estado, la Nación y el Orden Constitucional, serán objetivo irrenunciable de cualquier pacto de gobierno».
Los populares salieron de Ifema este domingo satisfechos con el resultado del cónclave y expectantes. Empieza, según Feijóo, «un tiempo nuevo» para el PP y el 21 Congreso nacional ha sido su «acto fundacional».