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Imagen de archivo de un vehículo de la Guardia CivilGuardia Civil

Sucesos

«El bebé ha resucitado, jajaja»: el horror que revelan los pinchazos telefónicos entre la detenida por matar a su hijo y su padre

Una trabajadora de un vertedero encontró una cabeza y una pierna: pensó que era un muñeco

A la 1.17 Carmen, que trabajaba en un vertedero de basura se fijó en algo raro: «Creí ver a un muñeco», cuenta. «Era un montón de basura y una cabeza. la cogí y comprobé que pesaba. Me asuste y la dejé en el suelo otra vez. Inmediatamente llamé a mi responsable».

Este hombre, de nombre Óscar, recibe la llamada informándole de que una de sus trabajadoras ha encontrado una cabeza humana: «¡Creo que es un bebé!», le gritó. Óscar avisa a su superior, Fernando. A la 1.17 del 12 de diciembre de 2024 la Guardia Civil recibe la llamada de este último con la alerta.

Minutos después se personaron los agentes allí. Hallaron una cabeza y una pierna. Ese mismo día comienzan las pesquisas que encabeza el grupo de homicidios de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Madrid. A los pocos días logran determinar que «el camión que transportaba los restos humanos hallados es uno de la empresa Metramar S.L. dela marca Yveco».

Siguiendo la trayectoria del vehículo aquella noche, los agentes logran delimitar que el bebé, de 38 semanas de gestación, había sido arrojado a la basura en la zona de Vallecas, al sur de Madrid capital. Los restos hallados presentan cortes limpios: «Hace pensar en un corte post mortal con un objeto liso», dicen las pesquisas.

La data de la muerte se sitúa entre las 10 de la mañana del 7 de diciembre y la 1 de la mañana del 12 de diciembre del día 24. «Las heridas son compatibles con el descuartizamiento y la causa de la muerte compatible con la sofocación».

Los investigadores entonces piden que se rastree el adn de bebé en los ficheros disponibles. Da un positivo. Un match. Así localizan a la madre. ¿Por qué estaba el ADN de Erika, la madre, en una base?

Porque en 2003 la policía, investigando el fallecimiento de otro bebé encontró «sangre que estaba a escasos centímetros de la entrada su domicilio. Un reguero que va desde la habitación hasta la puerta de la calle, una braga, un pantalón y un cuchillo». Recogieron las muestras y las guardaron en una base de datos.

Lo investigó el grupo V de homicidios de la Jefatura Superior de la Policía Nacional. Los hechos se produjeron en la calle Zurita, en el bajo de un edificio. Allí se produjo la muerte de un recién nacido por «el corte del cordón umbilical con un cuchillo». Ella nunca fue acusada de nada.

Sin embargo, ahora la perspectiva es diferente y los investigadores sospechan que pueden estar ante una «matabebés». Tampoco es que le importase mucho el fallecimiento de su hijo. Los investigadores le pincharon el teléfono, con orden judicial, durante unos días y escucharon lo siguiente.

Erika le dice a su padre Pedro (el abuelo): «Están investigando por aquí porque han encontrado un bebé descuartizado en unos contenedores»

Pedro: Jajaja

Erika: No te rías. (...) Es de algo que pasó hace seis meses.

Pedro: Ha resucitado el bebé-

Erika: Ha resucitado el bebé (risas). Hombre está descuartizado, no creo que resucite.

Pedro: Bueno, no sé.

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