Sánchez responde con carcajadas al ser preguntado por las imputaciones de su mujer por corrupción

Este lunes, 1 de septiembre, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha concedido su primera entrevista en más de un año a RTVE. Y lo ha hecho coincidiendo con el inicio del curso político y con el regreso de Pepa Bueno al Telediario.

A lo largo de la conversación, Sánchez respondió a un amplio abanico de cuestiones de actualidad. Desde los próximos Presupuestos Generales del Estado hasta la posibilidad —que él mismo volvió a descartar— de convocar elecciones generales antes de 2027, pasando por la situación del mercado de la vivienda, uno de los asuntos que más preocupan a la opinión pública.

Sin embargo, el momento más incómodo de la entrevista llegó cuando la periodista planteó una pregunta sobre las investigaciones judiciales que afectan a su entorno más próximo. Concretamente, los casos que han puesto en el punto de mira a su esposa, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez. El presidente reaccionó con una mezcla de despreocupación y sorna: «No sé ni cuántas imputaciones lleva», comentó entre risas, como queriendo restar trascendencia a la situación y transmitir que se trata de un ruido judicial o mediático sin verdadero fundamento.

La propia Pepa Bueno introdujo el tema con extrema prudencia, evitando mencionar de forma directa que los imputados eran familiares del presidente del Gobierno. Fue entonces cuando Sánchez decidió tomar la iniciativa. Con un gesto de seguridad, invitó a la entrevistadora a hablar con claridad, sin rodeos, y a señalar abiertamente que esos procesos judiciales afectan a su mujer y a su hermano. Lejos de mostrarse preocupado por la gravedad de las investigaciones, Sánchez trató de exhibir confianza y de normalizar la situación, insistiendo en que los procesos carecen de importancia real. Más que una muestra de fortaleza, su actitud sonó a estrategia defensiva, buscando restar trascendencia a unos procedimientos judiciales que, sin embargo, lo salpican de lleno en el inicio del curso político.

Aunque evitó citar expresamente los nombres de los magistrados implicados, sus palabras se dirigieron de forma implícita contra el juez Peinado, instructor de la causa contra su esposa, y contra la jueza Beatriz Biedma, que procesó a su hermano en Extremadura. «Hay un problema de desempeño, de instrucción, de pena del telediario que al final están pagando dos personas por el mero hecho de ser familiares míos», afirmó, para después añadir: «Hay jueces haciendo política y hacen inmenso daño a la Justicia».

El presidente quiso matizar su posición, asegurando que «aun confiando en la Justicia y pensando que la inmensa mayoría de jueces y fiscales hacen bien su trabajo y cumplen con la ley, hay jueces que no». Con estas palabras, lanzó una crítica a la actuación de quienes han llevado adelante los procedimientos contra su entorno más cercano.

Además, Sánchez recurrió al mismo argumentario que, en los últimos meses, han repetido tanto él como varios de sus ministros para desacreditar las investigaciones. Según su versión, todo se basa en «denuncias falsas, recortes de prensa y organizaciones ultraderechistas» que, a su juicio, buscan desgastar al Gobierno y cuestionar la legitimidad de su mandato.