Un agente de Policía Nacional en un balcón durante el desalojo de un edificio okupado
Cuando la policía no puede controlar a unos okupas y renuncia a acudir a ayudar a ciudadanos que lo piden
Se filtra una llamada telefónica de petición de ayuda en la que la policía se niega a ir a una casa okupada porque están todos drogados y se ríen de ellos
«No puede ser que llames a la policía y te digan que no vienen porque tienen miedo a las represalias de esta gente», dice una vecina de Torelló a las puertas del ayuntamiento de esta localidad de Barcelona. Esta mujer se refiere a un audio que corre que se las pela por los grupos de WhatsApp de los vecinos de la localidad. Su origen tiene que ver con los altercados que están protagonizando un grupo de okupas en el municipio. Se trata de unos 25 inmigrantes que han okupado una casa y que se dedican a robar y a agredir a los habitantes del pueblo. La llamada es esta:
Vecina: Llamo de la calle que está detrás del parking.
Policía: Sí ya hemos ido dos veces.
Vecina: Pues siguen igual, eh.
Policía: Y seguirán porque van todos drogados.
Vecina: Ah, muy bien, perfecto.
Policía: Sí, van muy puestos. Es imposible hablar con ellos y nosotros somos dos. Somos una patrulla. hemos ido a hablar con ellos y son 25. Es decir, si nosotros no queremos resultar heridos, porque claro nosotros somos dos y ellos 25. Se envalentonan y es imposible. Nosotros les entendemos a ustedes, pero es que es imposible. Estamos atados de manos porque tampoco sabemos qué hacer. Y no tienen ningún tipo de miedo.
Vecina: Sí, sí.
Policía: Se te enfrentan a ti y es que te echan, como nos han echado hace un rato.
Vecina: Pues ya está, además imagínate porque vosotros encima representáis la autoridad, pues imagínate los vecinos.
Policía: Somos dos para todo Torelló
La sensación de los habitantes de Torelló es que su alcalde les ha abandonado. Están tan molestos que unos 200 de ellos tomaron el pleno municipal al grito de falta de seguridad. «Hay mucha sensación de inseguridad», dice Manuel, un empresario que tiene a siete inmigrantes trabajando en su compañía. «O acaban con esta situación los del ayuntamiento, o lo acabamos nosotros, pero esto se va a acabar».
Cuando le preguntas. a Manuel qué medidas van a tomar contra los okupas se niega a responder: «Todavía no lo hemos hablado, pero esta gente se tiene que ir de aquí. Quiero que los abuelos puedan salir a la calle y entrar a un cajero a sacar 50 euros sin que se los roben. Quiero que los niños puedan jugar en la calle sin que les agredan y haremos lo que haga falta».
«Lo que pedimos es más seguridad en las calles. Todos hemos ido poniendo alarmas en nuestras casas y negocios porque ahora sin alarma no se puede vivir tranquilos», cuenta otro vecino indignado. Estamos todos asustados cuando los niños salen a la calle". El alcalde de Torelló, Marçal Ortuño i Jolis, de Esquerra Republicana ha prometido solucionar el asunto, pero los vecinos no creen que se vaya a hacer nada.
La concejala de seguridad asegura que pare ellos es prioritario controlar las calles y que están trabajando por varios frentes. «La Policía Local va, está, y los ha detenido muchas veces. Las leyes no son lo bastante contundentes ni la justicia lo bastante rápida para sacarnos a esta chusma de gente de encima», asegura la concejala en un mensaje privado enviado a los vecinos.