El hermano de Sánchez hacía la compra en un supermercado de Portugal para fingir de cara a Hacienda que vivía allí

David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, guardó durante meses varias facturas tras hacer la compra en un supermercado de Elvas (Portugal) ante el temor de que la Agencia Tributaria pudiera hacerle una inspección por vivir en territorio español habiendo mudado su residencia fiscal al país vecino. El Debate publica hoy en exclusiva una fotografía del músico saliendo de uno de los establecimientos que visitaba de manera recurrente cuando trabajaba en la Diputación de Badajoz como alto cargo.

Se trata del supermercado Continente, ubicado a tan sólo diez minutos en coche de la frontera hispano-lusa, tal y como se recoge en la investigación plasmada en el libro La Sagrada Familia de Alejandro Entrambasaguas. A raíz de que El Debate desvelara en exclusiva las irregularidades que motivaron el procedimiento judicial contra el hermano de Sánchez, que ha terminado con él procesado por dos delitos de corrupción, el músico continuó acudiendo al establecimiento, aunque lo hacía camuflado. algunos días con gorra, otros con gafas de sol.

Durante su última etapa en Badajoz, justo después de abandonar La Moncloa, el hermano del presidente estuvo viviendo en un piso propiedad de Rafael Lemus, senador socialista y líder del PSOE en la provincia. El Debate ha podido comprobar cómo David Sánchez entraba y salía de un inmueble de 287 metros cuadrados situado en la calle Ramón Albarrán de la capital pacense, a pesar a que ante la magistrada Beatriz Biedma aseguraba vivir en Portugal. Preguntado por este periódico, Lemus se limitó a responder: «No tengo que dar explicaciones sobre quién entra en mi casa». Y, al ser interpelado sobre si el músico dormía en su vivienda, concluyó: «Esa información me la reservo si no le importa».

La ocultación no se limitó a Badajoz ya que durante su estancia en el complejo presidencial, el músico permaneció más de cuatro meses sin línea telefónica en España con el objetivo de borrar cualquier rastro que pudiera situarle en La Moncloa y, de este modo, esquivar el control de la Agencia Tributaria. El apagón de sus comunicaciones comenzó el 5 de noviembre de 2021, apenas unas semanas después de regresar de una excedencia en Tailandia, y se prolongó hasta el 22 de marzo de 2022. Durante ese tiempo residió junto a su esposa en el complejo presidencial mientras figuraba oficialmente como contribuyente en Portugal.

El informe de la Guardia Civil, remitido a la jueza Biedma, confirma que al reaparecer lo hizo con un teléfono registrado a nombre de Playbol SA, la empresa familiar que durante la pandemia recibió más de un millón de euros en ayudas públicas. Para los investigadores, la secuencia es clave: tras más de cuatro meses sin línea a su nombre, el hermano del presidente reapareció con un terminal registrado a terceros, una táctica conocida en ámbitos policiales como black phone, habitual en redes criminales y en operaciones de fraude fiscal.

Paralelamente, la Delegación de la Agencia Tributaria en Madrid estudia la denuncia presentada por el sindicato Manos Limpias tras las revelaciones de El Debate. En ella se solicita determinar si el hermano de Sánchez simuló residir en Portugal mientras en realidad vivía en territorio español. Entre las pruebas aportadas se incluyen los desplazamientos de su esposa en un vehículo medicalizado del complejo presidencial conducido por agentes de la Guardia Civil, así como la permanencia durante dos años de una autocaravana de su propiedad en un aparcamiento reservado de La Moncloa.

Sobre este último episodio, Presidencia del Gobierno ha confirmado la permanencia del vehículo en las instalaciones oficiales, aunque se ha negado a detallar si utilizó recursos públicos. Solo cuando este periódico solicitó información formal, David Sánchez acudió a retirarlo de manera apresurada, después de que El Debate hubiese reunido un archivo fotográfico que acreditaba su presencia en la zona restringida.

En cuanto a los gastos de manutención del músico y su esposa durante el tiempo que residieron en Moncloa, el propio Ejecutivo ha admitido en una resolución oficial que fueron sufragados con cargo a fondos públicos. Sin embargo, Presidencia se ha negado a precisar las partidas concretas, escudándose en que la residencia oficial se considera «domicilio familiar» del presidente y, en consecuencia, no existen facturas ni contratos a nombre de los beneficiados. De esta forma, Moncloa evita dar transparencia sobre cuánto costó realmente a los contribuyentes la estancia del hermano del jefe del Ejecutivo en el complejo presidencial.