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La bancada del PSOE, el pasado miércoles en el Congreso

La bancada del PSOE, el pasado miércoles en el CongresoEugenia Morago/ PSOE

Un lío de colores

Los diputados del PSOE dan con un método infalible para no equivocarse en ninguna votación

Sí, no, abstención. O lo que es lo mismo: verde, rojo, amarillo. Lo justo de apoyos que va el Gobierno en todos los plenos obliga a los socialistas a no cometer errores, y han encontrado la manera

El Gobierno va tan justo en cada votación en el Congreso que no se puede permitir que ningún diputado falte en el hemiciclo, pero tampoco que ninguno falle y no dé al botón correcto: «sí» es el botón verde, «no» es el botón rojo y «abstención» es el botón amarillo. Parece sencillo, pero las equivocaciones están a la orden del día cuando hay votaciones farragosas de muchos puntos.

Con ese objetivo de evitar perder votos por errores tontos, en el grupo parlamentario socialista han ideado un método nuevo, no demasiado sofisticado pero efectivo. El método tiene nombre propio: el del diputado por Alicante Lázaro Azorín.

El diputado del PSOE por Alicante Lázaro Azorín

El diputado del PSOE por Alicante Lázaro AzorínPSOE

Desde hace algunos plenos, durante las votaciones, el diputado malagueño se dedica a gritar en cada punto, en mitad del hemiciclo, qué han de votar sus compañeros de la bancada socialista. Pero no solo vocifera «sí», «no» o abstención, sino que añade el color correspondiente, que he ahí la innovación del método respecto a los empleados por otros grupos parlamentarios. De manera que si los diputados socialistas deben votar sí grita repetidamente, por si a la primera no le escuchan: «Sí, verde». Si deben votar no grita: «No, rojo». Y si deben abstenerse grita: «Abstención, amarillo». Para que no haya lugar a dudas.

Normalmente, en los grupos parlamentarios más numerosos –como los del PP, Vox y Sumar– hay diputados designados para indicar a sus compañeros el sentido del voto. Pero lo hacen levantando una mano y mostrando uno, dos o tres dedos o, como mucho, diciendo en voz alta «sí», «no» o «abstención». Pero lo de los colores es un paso más que nadie vio venir y que tiene a los diputados socialistas encantados, porque así es casi imposible equivocarse. Azorín incluso ha recibido felicitaciones al final de alguno de los últimos plenos por ahorrar disgustos al grupo parlamentario de Pedro Sánchez.

Más allá de lo anecdótico, que el grupo comandado por Patxi López haya tenido que llegar a esto en cada votación revela un problema estructural del Gobierno en el Parlamento: el PSOE y Sumar necesitan cada voto y, aun así, a veces no les da. De hecho, al comienzo de la legislatura Sánchez obligó a casi todos los ministros del PSOE que habían ido en las listas electorales a renunciar a sus escaños, para no correr el riesgo de perder ciertas votaciones por la ausencia de tal o cual ministro. Solo quedaron con escaño él mismo, María Jesús Montero, Félix Bolaños y Óscar Puente. La legislatura anterior ya había hecho lo mismo.

La bancada menguante de Sumar

En el caso de Sumar, solo Yolanda Díaz tiene acta de diputada, no así Ernest Urtasun, Mónica García, Sira Rego ni Pablo Bustinduy. Aunque el mayor problema de Sumar no es la disponibilidad de sus diputados, sino que tiene una bancada menguante: empezaron la legislatura siendo 31; se quedaron en 26 cuando Podemos abandonó el grupo y se pasó al mixto; recuperaron uno cuando renunció la entonces secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, y ese escaño pasó de Podemos a Sumar, para plantarse en 27; y, desde junio, vuelven a ser 26 tras la marcha de la diputada de Compromís Àgueda Micó al grupo mixto. En el caso del PSOE, su grupo parlamentario perdió a José Luis Ábalos en febrero de 2024, pero el exministro de Transportes sigue votando desde el grupo mixto lo mismo que sus antiguos compañeros, así que su ausencia no se nota a efectos prácticos.

Precisamente por lo apretados que van los socialistas, el pasado mes de julio promovieron una reforma del Reglamento de la Cámara Baja para ampliar los supuestos en los que la Mesa (controlada por la izquierda) puede autorizar a un diputado votar de forma telemática. Son: embarazo, maternidad, paternidad; motivos de salud o accidente del solicitante o de un familiar hasta el segundo grado de consanguinidad; cuidado o fallecimiento del cónyuge o pareja de hecho; asistencia a actos o eventos de carácter internacional en representación del Congreso de los Diputados, tanto en España como en el extranjero; asistencia a reuniones y conferencias de representación institucional en el extranjero en cumbres europeas, iberoamericanas, de la OTAN, del G-20, así como reuniones oficiales de la Asamblea General de Naciones Unidas, entre otros; y «otras situaciones excepcionales de especial gravedad que impidan el desempeño de la función parlamentaria debidamente justificadas».

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