El expresidente del Gobierno José María Aznar conversa con el periodista Jorge Bustos
Aznar acusa a Vox de querer acabar con el PP, al que erige como «el único partido constitucional que queda en España»
El expresidente del Gobierno pide no «alimentar la frustración» en los españoles: «Si no hay materiales para una moción de censura, habrá que esperar a las elecciones»
El expresidente del Gobierno y exlíder del PP ha acusado este jueves a Vox, al que ha calificado como «extrema derecha», de tener como objetivo «acabar» con el partido que hoy preside Alberto Núñez Feijóo, al que ha erigido como «el único partido constitucional» que queda en estos momentos en España. Porque el PSOE -ha señalado- ya no lo es, sino que es, a su juicio, «la cabeza de unas minorías antinacionales, anticonstitucionales y excluyentes».
Lo ha hecho en un coloquio que ha mantenido con el periodista Jorge Bustos, en el Auditorio Rafael del Pino, en Madrid, donde ha presentado su nuevo libro, Orden y libertad. En el acto, José María Aznar ha estado arropado por varios dirigentes del PP, entre ellos su presidente, Alberto Núñez Feijóo, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
Aznar también ha acusado a la formación de Santiago Abascal de querer que haya un muro entre los españoles como lo quiere Pedro Sánchez. «El actual presidente del Gobierno llega al Congreso y dice 'quiero levantar un muro para excluir a la mitad de España'. Y desde el partido de la extrema derecha, Vox, se dice 'yo quiero el muro, pero pintado por mí, para excluirles a ellos». «Yo no quiero ningún muro», ha sostenido el exdirigente popular.
José María Aznar y Alberto Núñez Feijóo
Cree que de haber una valla tiene que ser una que deje al otro lado a quienes quieran «cargarse» la unidad de España, la Constitución y la convivencia. Porque, ha advertido, quien va contra la unidad y la Carta Magna «está jugando con la convivencia entre españoles» y eso es «peligrosísimo». «Quien juega con eso juega con fuego». Considera que esto nos jugamos en las próximas elecciones generales.
Y en este escenario, ha apelado nuevamente a la «responsabilidad ciudadana». «Los ciudadanos no podemos ser espectadores del desgarro de España, de la destrucción constitucional o de la amenaza a la convivencia. Tenemos que intervenir en el destino de nuestro país», ha subrayado, en línea con una idea que ha lanzado este tiempo atrás en alguna ocasión y en la que hoy ha insistido: «El que pueda hacer que haga».
El expresidente del Gobierno ha pedido no «alimentar la frustración» en los españoles: «Si no hay materiales para una moción de censura, habrá que esperar a las elecciones», ha señalado. Para José María Aznar, un líder político, además de coraje y determinación, tiene que ser prudente. En este sentido, ha apuntado que lo que criticaría a Alberto Núñez Feijóo llegado el caso es que «alimentase la frustración de los españoles», porque hacerlo es, a su juicio, llevar a España a un callejón sin salida e implica no solo «generar más desosiego», sino «alimentar» posiciones extremistas.
También se ha abordado el fenómeno de la inmigración, uno de los temas que centran el debate político en los últimos tiempos, y una cuestión sobre la que se produjo el último rifirrafe precisamente entre el expresidente y Vox. Hace unos días Aznar señalaba en una entrevista que «la extrema derecha ha capturado la inmigración con un discurso xenófobo»; a lo que respondían en Bambú acusándole de haber patrocinado «la invasión migratoria» y recriminándole «las más grandes regularizaciones» de inmigrantes ilegales que ha habido en España.
Este jueves, Aznar ha recalcado que «la inmigración no es sustitutiva de una caída demográfica, es paliativa; puede ayudar, pero no puede sustituir», y ha respaldado el plan migratorio presentado recientemente por Feijóo. Ha rechazado tanto el «buenismo» de la izquierda que aboga por que entre quien quiera como la postura de «hay que echar a todo el mundo». «He escuchado decir 'hay que echar a todos los inmigrantes'; pues eche a todos los inmigrantes; ¿usted se ofrece voluntario para hacer el trabajo que hacen los inmigrantes? ¿Cómo se mantiene esto?», ha sostenido, al tiempo que ha subrayado que el crecimiento económico que se vivió durante su mandato no se puede explicar sin los inmigrantes.
«Un cambio de era»
Buena parte del coloquio ha estado centrada en los desafíos que se plantean a nivel internacional. En su opinión, no estamos ante una era de cambios, sino ante un cambio de era, porque nunca se había vivido una revolución como la que se está viviendo hoy. Ha indicado que el cierto orden que se había establecido después de la Segunda Guerra Mundial y que se había consagrado tras la Guerra Fría hoy «ya no existe». Y por lo tanto se abre ahora un momento de incertidumbre.
Se ha referido a la guerra en Ucrania, subrayando que, desde su punto de vista, Occidente debe tomar conciencia de que «tiene que respaldar con todos los medios posibles» a quien tiene el derecho de defenderse y el de reclamar que su soberanía y su frontera no se violen. Y también al conflicto en Oriente Medio: «Israel es una parte esencial de Occidente. (...) Si Israel fuese derrotado, Occidente es derrotado, y si Occidente es derrotado, España es derrotada». Lo que no quiere decir -ha puntualizado- que haya que justificar todas las acciones de Israel. Pero sí ha recordado que la guerra en Gaza empieza con el ataque terrorista de Hamás.