Dos agentes de la Policía Nacional sin chaleco en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas
Denuncian la ausencia de chalecos antibalas en uno de los puntos más críticos del nivel 4 antiterrorista
En la comisaría del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid Barajas, más de 100 agentes de la unidad de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional no cuentan con esta medida de protección
España lleva más de nueve años en el Nivel 4 Reforzado de alerta antiterrorista, el último escalón antes de activar el último nivel, que significaría sacar a los militares a vigilar las calles.
Una de las premisas que implica ese carácter «reforzado» del nivel de alerta es que se incrementará la vigilancia policial de las infraestructuras críticas del país. Y una de esas infraestructuras críticas es el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid Barajas, el mayor aeropuerto de España, por donde solo en el año pasado pasaron 66,1 millones de pasajeros, de los que 48,7 procedían del extranjero.
De hecho, los aeropuertos son habitualmente uno de los objetivos principales de los terroristas. Así pasó en el atentado yihadista que sufrió el aeropuerto de Zaventem en Bruselas el 22 de marzo de 2016, donde murieron 14 personas. E incluso el propio aeropuerto de Madrid Barajas sufrió el azote terrorista de ETA el 30 de diciembre de 2006 cuando un coche bomba destrozó el parking del aeropuerto, causando la muerte de dos personas.
Sin embargo, según denuncia el sindicato de la Policía Nacional, Jupol, más de 100 de los agentes de la unidad de Seguridad Ciudadana de la comisaría que opera en el mismo aeropuerto no tienen un chaleco antibalas que les proteja de posibles agresiones o atentados con el consiguiente riesgo que supone para su vida y para su propia confianza a la hora de tener que intervenir.
De estos agentes que no disponen de chalecos, unos 70 directamente no tienen con qué protegerse y más de 30 disponen unos equipamientos que no cumplen con los requerimientos técnicos que les concedería protección.
Según han explicado desde la delegación de Jupol en Madrid, «alguno de los agentes llevan dos años esperando a que se les facilite esta protección», especialmente necesaria para la unidad de Seguridad Ciudadana que son los que trabajan en contacto con los pasajeros y usuarios del aeropuerto y, por lo tanto, los que les tienen que ofrecer una seguridad más directa.