Leire Díez, a su salida de los juzgados el lunes, tras declarar como imputada
Un salto cualitativo
Moncloa niega su implicación en la cloaca de Leire Díez y da una versión totalmente opuesta
El equipo del presidente ni siquiera reconoce que Antonio Hernando participara en una reunión con la fontanera en calidad de adjunto al Gabinete de Sánchez, sino como experto del PSOE en cloacas
La presencia del exnúmero dos del Gabinete de Pedro Sánchez, Antonio Hernando, en una reunión en Ferraz con Leire Díez ha supuesto un salto cualitativo en el caso de la fontanera y «mano derecha» -según ella- de Santos Cerdán. Porque por primera vez dibuja una línea directa, un nexo, entre la cloaca y el Gabinete de la Presidencia. Y porque, además, se produjo coincidiendo con los cinco días de reflexión que se tomó el presidente tras el estallido del caso Begoña.
No obstante, en la Moncloa siguen negando que éste conociera, y mucho menos encargara, los trabajos sucios de la que fuera empleada de Correos y Enusa, imputada por cohecho y tráfico de influencias. Es más. Desde el equipo del presidente incluso niegan que Antonio Hernando fuese a ese encuentro con ella en calidad de director adjunto del Gabinete de Sánchez. Según su versión, Hernando era el portavoz del PSOE en el Congreso cuando estalló el caso Villarejo y, por lo tanto, sabe mucho de las andanzas del excomisario, es un experto. Este último fue quien investigó las saunas del suegro del presidente.
Por eso, continúan, en Ferraz -no aclaran quién en concreto- pidieron a Hernando que se uniera a ese encuentro, celebrado en la sede nacional del PSOE el 26 de abril de 2024; es decir, dos días después de que el presidente publicara su carta a la ciudadanía en X y se borrara del mapa. Además de Cerdán, Díez y Hernando, participó en esa reunión el empresario Javier Pérez Dolset, imputado junto a la fontanera. Según la versión oficial, el encuentro se celebró a instancias de Dolset y de Díez, porque dijeron tener pruebas sobre las «denuncias falsas» de las que estaba siendo víctima Begoña Gómez.
Fuentes gubernamentales subrayan que hubo esa «única reunión» y que no volvió a haber «ningún contacto». No aclaran si Hernando reportó acerca del contenido de la reunión a sus superiores, bien Óscar López o el propio Pedro Sánchez. Pero, sin embargo, sí sostienen que Hernando no dio «trascendencia» a lo que allí oyó porque eran cosas que el PSOE ya sabía y que, de hecho, tenía denunciadas: el espionaje a Sánchez y su familia. Lo que escuchó fueron audios de Villarejo hablando de las saunas de Sabiniano Gómez. Los fontaneros entregaron a Cerdán un pendrive.
En la Moncloa se preguntan cuál es el problema de esa reunión, porque insisten en que los representantes del PSOE solo buscaban información sobre lo que estaba pasando en un momento de «crisis institucional». Esto último en alusión a la retirada de Sánchez durante cinco días para reflexionar.
La existencia de esa reunión trascendió el lunes, durante la declaración como imputado del empresario Dolset. El problema para la Moncloa es que abunda en la versión del fiscal Ignacio Stampa, según el cual Leire Díez le contó que el presidente había dado orden de «limpiar todo» tras la imputación de su mujer en una causa que, actualmente, suma cinco delitos.
A pesar de que la Moncloa está tratando de quitar importancia a la presencia del hoy secretario de Estado de telecomunicaciones en aquella reunión, la propia Leire Díez ha asegurado que el papel de Hernando «no fue accesorio». Otra cosa es que ella ha sido «prudente» y asegura seguir siéndolo.