La bancada azul del Gobierno, presidida por Sánchez, en la última sesión de control en el Congreso
La desbandada
La tercera parte del Gobierno se da a la fuga en la última sesión de control del año en el Congreso
El Ejecutivo comunica a la oposición, para su sorpresa, que el miércoles faltarán las vicepresidentas Montero y Aagesen, la portavoz y otros cuatro ministros. Y no habrá otra hasta el 11 de febrero
La tercera parte del Gobierno faltará el miércoles 10 a la única sesión de control de todo mes de diciembre en el Congreso, que además será la última hasta la del miércoles 11 de febrero. Así se lo ha comunicado el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, al grupo parlamentario popular, con el consiguiente enfado del PP.
En la bancada azul estará Pedro Sánchez, pero faltarán dos de las tres vicepresidentas y cinco ministros. Siete miembros del Ejecutivo en total. La oposición no podrá preguntar a María Jesús Montero ni a Sara Aagesen. Tampoco a la ministra portavoz, Pilar Alegría. Ni a los ministros de Defensa, Interior, Transportes y Economía: Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, Óscar Puente y Carlos Cuerpo, respectivamente, que también se han excusado.
El grupo parlamentario que dirige Ester Muñoz lo califica de una «espantada» del Gobierno, precisamente cuando esa sesión de control estará marcada por «los escándalos de corrupción, prostitución y acoso sexual».
Los populares querían preguntar a Montero y Alegría por la actuación del PSOE en el caso de Paco Salazar, que tiene soliviantadas a las mujeres del partido. La vicepresidenta primera, que es también vicesecretaria general del partido, está siendo señalada por proteger al que fuera uno de los hombres de confianza del presidente tras las denuncias de acoso sexual de varias de sus subordinadas.
Alegría, por su parte, fue descubierta hace unas semanas por el diario Artículo 14 comiendo con Salazar y, cuando le preguntaron, trató de circunscribirlo «única y exclusivamente al ámbito personal». «Ha pasado de compartir mesa, mantel y confidencias con el acosador Salazar, conociendo las denuncias interpuestas contra él, a escapar del Congreso», según los populares. «Con una mano levantan la bandera feminista y con la otra hacen desaparecer denuncias de acoso de sus propias compañeras», añaden.
La fotografía publicada a principios de noviembre por el diario Artículo 14
Alberto Núñez Feijóo preguntará al presidente: «¿Qué credibilidad tiene su Gobierno». Santiago Abascal: «¿Cuál es el balance que hace de su acción de gobierno?». Y la tercera pregunta para Sánchez será del portavoz de ERC, Gabriel Rufián: «¿Qué es lo que más le preocupa»?.
Como contó El Debate el pasado sábado, el Pleno de la próxima semana es el último del calendario ordinario de sesiones hasta el que empezará el 10 de febrero. Es decir, la actividad parlamentaria se interrumpirá durante dos meses, un tiempo que Sánchez quiere aprovechar para reconstruir la relación con Junts.
En diciembre siempre hay dos plenos, los de la segunda y la tercera semana. Y generalmente van muy cargados, porque son los plenos escoba de fin de año. Siempre y cuando haya un Gobierno que legisle. Sin embargo, en esta ocasión, como hay elecciones en Extremadura el 21 de diciembre, la Mesa del Congreso decidió a mediados de noviembre eliminar el Pleno de la tercera semana de diciembre del calendario ordinario. Es normal cuando hay comicios en cualquier autonomía. Pero lo anormal es que no se haya fijado otra semana en compensación, como reclamó la oposición en vano.
Después solicitó a la presidenta del Congreso que, al menos, habilitara una semana de enero para un Pleno. Enero es un mes inhábil en el calendario ordinario de sesiones, pero si al Gobierno de turno le interesa es muy común fijar un Pleno extraordinario, o incluso dos. Por ejemplo, para convalidar algún real decreto ley que el Consejo de Ministros hubiera aprobado en los últimos compases del año (el Gobierno siempre dispone de 30 días para someterlo a su convalidación en la Cámara Baja). Armengol tampoco aceptó.