La presidenta de Extremadura y candidata del PP, María Guardiola
Guardiola resiste el debate de los diez candidatos mientras Gallardo afronta su situación judicial y Vox intensifica la presión
El primer cara a cara electoral en Canal Extremadura deja más eslóganes que propuestas, con Guardiola firme ante las críticas, Gallardo a la defensiva y Vox tensando el pulso en la recta final hacia el 21-D
El primer gran debate electoral de cara a las autonómicas del 21 de diciembre en Extremadura dejó una imagen clara: María Guardiola logró sortear sin daños la ofensiva simultánea de PSOE y Vox, pese a un formato rígido, con diez candidatos y escaso margen para el intercambio real de ideas. La presidenta de la Junta y candidata del PP consiguió mantenerse firme en un escenario que ella misma calificó en 2023 como una «conga electoral», una fórmula que entonces rechazó y que ahora ha aceptado e incluso impulsado, aunque ha declinado acudir al debate de RTVE previsto para la próxima semana.
El diseño del programa, con intervenciones cronometradas y diez participantes, impidió profundizar en propuestas relevantes. Cada candidato dispuso de apenas dos minutos por bloque.
Esta estructura, criticada por Guardiola en el pasado, volvió a demostrar sus limitaciones: ruido, mensajes poco diferenciados y ninguna novedad. La propuesta más llamativa procedió del candidato regionalista de Juntos X Extremadura-Levanta, Raúl González, que prometió respaldar la candidatura de Fuente de Cantos para lograr la iluminación navideña de Ferrero Rocher.
Guardiola basó su intervención en reivindicar su gestión en los dos últimos años: el paro «más bajo de la historia», el crecimiento de las exportaciones y las rebajas fiscales. Durante la mayor parte del debate adoptó un tono sobrio, evitando confrontaciones directas. Solo en el tramo final, cuando se abrió un espacio de intercambio libre, entró al cuerpo a cuerpo con PSOE, Vox y Unidas por Extremadura.
En ese momento, insistió en que la oposición ha «bloqueado» a Extremadura y volvió a recordar el adelanto electoral provocado por la imposibilidad de aprobar los Presupuestos autonómicos. Aprovechó también para lanzar un mensaje al Gobierno central: «si Pedro Sánchez no logra sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado, debería convocar elecciones».
El candidato de Vox, Óscar Fernández Calle, adoptó un tono combativo desde el principio y acusó al PP de mantener una cercanía ideológica y parlamentaria con el PSOE, asegurando que ambas formaciones han votado lo mismo «87 veces» en Extremadura.
Guardiola devolvió el golpe recordando la «pinza» que, a su juicio, PSOE y Vox han ejercido para impedir la aprobación de las cuentas de 2026 y subrayó que ambas formaciones han votado juntas en 91 ocasiones.
Como era previsible, la causa judicial que afecta al candidato socialista, Miguel Ángel Gallardo, protagonizó buena parte del debate. Guardiola y Fernández Calle lo acusaron de beneficiarse de un «fraude de ley» al lograr que cinco compañeros renunciaran a sus puestos para permitirle entrar en la Asamblea y ser aforado.
Gallardo dedicó su minuto final a referirse a la situación que atraviesan él y su familia. Aseguró que el caso «es un invento de Guardiola» y sostuvo que, cuando todo se resuelva, la candidata del PP «tendrá que pedirle perdón». Construyó su relato apelando a los «éxitos» del Gobierno de España y reivindicando las figuras de Rodríguez Ibarra y Fernández Vara, coincidiendo en este punto con Irene de Miguel, candidata de Unidas por Extremadura.
Pese a ser uno de los asuntos más relevantes de la legislatura, el futuro de la central nuclear de Almaraz apenas se abordó y solo apareció en el bloque final. Guardiola aseguró que la planta «no se va a cerrar» mientras Irene de Miguel replicó que la central «es un peligro» y que ha generado «diez veces menos empleo de lo prometido».