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La Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, en su reunión de este lunesEFE

Cunde el miedo

El desastre extremeño provoca un terremoto en toda la izquierda: «Este Gobierno está muerto»

  • Los socios de Sánchez salieron a advertirle, casi a coro, de que si no reacciona las siguientes sacudidas van a llevárselos a todos por delante

  • El PSOE ignora los avisos y finge que con la dimisión de Gallardo está todo hecho

El carbón de Navidad le llegó al PSOE por adelantado en las urnas extremeñas. Y este no es dulce, sino de un amargo intenso. Los socialistas se intentaron quitar ayer el mal sabor de boca con la dimisión de Miguel Ángel Gallardo ante la Ejecutiva del PSOE de Extremadura, fingiendo que el mal papel del candidato y la abstención de los votantes socialistas fueron los únicos responsables de la derrota del 21-D. Pero pronto se dieron cuenta de que el regusto persistía. Y persistirá.

El contundente veredicto de los extremeños en las urnas después de 22 meses de escándalos de corrupción provocó este lunes un terremoto en toda la izquierda, y no solo en el PSOE. Los socios de Pedro Sánchez salieron a advertirle, casi a coro, de que si no reacciona las siguientes sacudidas van a llevárselos a todos por delante. En Extremadura, una región sociológicamente de izquierdas como ninguna otra, la derecha sacó a la suma del PSOE y Unidas por Extremadura 24 puntos de ventaja. Una diferencia que no les augura nada bueno en las elecciones de Aragón, Castilla y León y Andalucía. Por más que la portavoz del PSOE, Montse Mínguez, compareciera este lunes en Ferraz para hacer un ejercicio de voluntarismo: «El sanchismo es el que está haciendo que España avance, que crezca. Y está más fuerte y vivo que nunca, y con más ganas que nunca», afirmó.

El primero en dar la voz de alarma fue el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, decepcionado con la declaración sin preguntas del presidente a primera hora de la mañana en la Moncloa. Sánchez la convocó no para hacer autocrítica, sino para anunciar una remodelación de su Gobierno, que difícilmente puede calificarse como tal, porque más bien es una obstinación de Gobierno.

Como portavoz ha elegido a una ministra, Elma Saiz, perteneciente al mismo PSN, del que salió Santos Cerdán y que está salpicada por la adjudicación de los túneles de Belate a Acciona y Servinabar, poco después de abandonar la Consejería de Economía y Hacienda del Gobierno de María Chivite. Y como ministra de Educación ha llamado a filas a la enemiga pública de Emiliano García-Page, Milagros Tolón, en un gesto interpretado como una injerencia en el PSOE de Castilla-La Mancha. No en vano, está señalando a la exalcaldesa de Toledo como heredera del único de sus barones con mayoría absoluta.

La nueva ministra de Educación, Milagros TolónEFE

«Tenía 3 opciones: 1) Hablar sobre lo que ha pasado. 2) Hablar sobre lo que ha pasado y anunciar medidas. 3) Ignorar lo que ha pasado. Y ha escogido la peor. No ha anunciado a Gallardo de portavoz de milagro», lamentó Rufián en X. La portavoz de Movimiento Sumar, Lara Hernández, añadió después: «Tras unas elecciones en las que el PSOE pierde casi un 15% del voto y firma su peor resultado en Extremadura, Sánchez decide actuar como si nada hubiera pasado (…). Resistir no es una estrategia, es una renuncia. Avanzar es la única opción política legítima».

El portavoz de Podemos, Pablo Fernández, sostuvo en una rueda de prensa: «La comparecencia de Pedro Sánchez es absolutamente infame, y revela que el PSOE no va a hacer nada. Este Gobierno está muerto», aseguró con rotundidad, y enumeró los males que, a su juicio, han llevado al partido alfa de la izquierda donde está: «El machismo, la corrupción, la inacción social y la incapacidad de dar respuesta a los problemas de la gente».

«Es momento de pasar del manual de resistencia al manual de acción», recomendó el coordinador federal de IU, Antonio Maíllo, que será él mismo candidato en las elecciones andaluzas. Así que en junio puede vivir en carne propia, lo que Alberto Núñez Feijóo denominó ayer «el cambio en marcha».

El resultado en Extremadura ha envalentonado a Podemos, en plenas conversaciones entre el universo de ultraizquierda para intentar cuajar una candidatura de unidad en Aragón. La candidata de Unidas por Extremadura era de Podemos, no de Sumar, que no concurrió a estos comicios. Esta, Irene de Miguel, señaló hace unos días que la vicepresidenta segunda es «un poco fraude». Este lunes, el portavoz de Podemos respaldó sus palabras.

Bildu fue el único que ayer se salió del guion y anunció un acuerdo con Sánchez para ampliar el llamado escudo social a 2026, mediante un real decreto ley que será aprobado en el Consejo de Ministros de este martes y que incluirá el bono social eléctrico y la prohibición de desahucios a colectivos vulnerables.

Pero el problema del presidente será el de siempre. Ese real decreto ley tendrá que ser convalidado en el Congreso en el plazo de 30 días. Sin el voto afirmativo de Junts, el Gobierno no tiene nada que hacer (siempre y cuando PP y Vox voten en contra); y el partido de Carles Puigdemont tiene la legislatura bloqueada, o eso dice. Aunque Junts no es uno de los socios de izquierdas de Sánchez, ayer también pidió vela en este entierro. Según su portavoz en el Senado, Eduard Pujol, el resultado extremeño ha mostrado la «absoluta debilidad» de Sánchez.