El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en la reunión del Comité de Expertos frente a la sequía

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en la última reunión del Comité de Expertos frente a la sequíaFrancisco J. Olmo | Europa Press

Andalucía

La economía andaluza aguanta los envites de una sequía que aumenta poco a poco su factura

El PIB andaluz pierde 4.270 millones en 2023 por la falta de lluvias, pero crece un 2,5 %

Andalucía sufre la peor sequía desde 1961. De hecho, o llueve en primavera, o habrá cortes extremos de agua en verano, lo que repercutirá negativamente en el turismo, una de las patas sobre las que se sostiene la economía andaluza, que en 2023 creció un 2,5 %, seis décimas más de lo previsto por el Gobierno de Juanma Moreno en su presupuesto anual (1,9 %).
Según los últimos datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), el PIB andaluz volvió a crecer en el cuarto trimestre de 2023 (0,8 %) por encima de la media española (0,6 %), como había hecho en el cuatrienio 2019-2022, antes de que la sequía comenzara a causar estragos en la economía de la región. Este crecimiento ha hecho que Andalucía cierre el año en línea con el conjunto de España (2,5 %).
Andalucía recuperó a lo largo de 2023 un ritmo de crecimiento superior a la media nacional, a pesar de la sequía, cuyo impacto en la economía andaluza es mucho más acusado que en el conjunto de España por el peso del sector primario en la estructura productiva de la comunidad, que prácticamente duplica al peso que tiene en todo el país.

Los efectos de la sequía

Y es que la sequía causó en 2023 una pérdida de 2,1 puntos en el PIB andaluz, lo que supone un coste de 4.270,20 millones de euros, según los cálculos de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, que estima que en 2024 la factura será aún mayor: 4.525 millones (de un PIB estimado de 215.498 millones).
Además, la producción agraria cayó un 13 % (un 2 % en el conjunto de España), en línea con la caída de la industria agroalimentaria (otro 13 %), y la producción de hortalizas sufrió una merma del 7 % (los frutales no cítricos, un 9,6 %, y los cereales, un 35,2 %).
Todo ello repercutió en el empleo. El número de ocupados descendió un 9,4 % en el sector agrario y un 4,5 % en la industria de la alimentación, mientras que el número de empresas agrarias inscritas en la Seguridad Social disminuyó un 3 % y la empresas exportadoras de alimentos cayeron un 4 %.
Todos estos datos figuran en el informe que entregó el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, al vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, en la reunión que ambos mantuvieron el martes en Bruselas, donde Moreno reclamó la activación del Fondo de Solidaridad contra catástrofes naturales por la sequía que padece la comunidad andaluza.

«No es la solución»

Juanma Moreno pidió la colaboración del Gobierno de España y, en concreto, de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, con quien hace unos meses llegó a un acuerdo sobre Doñana, a fin de que la Comisión Europea acceda a la activación del Fondo de Solidaridad para Andalucía, ya que es el Gobierno de España el que puede tramitar la solicitud ante Bruselas.
Sin embargo, la ministra Ribera cree que «ésa no es la solución» a la sequía en Andalucía, además de ser «incompatible» con otros fondos europeos. En todo caso, aseguró ayer que llamaría este viernes al presidente andaluz para conocer de primera mano en qué consiste su petición. Según la ministra, la relación institucional entre el Gobierno de Moreno y su departamento es «muy correcta y muy adecuada».
La sequía, que ya causa estragos en el sector primario, puede afectar también al turismo, que representa más del 12 % del PIB andaluz, con cortes de agua en lugares como la Costa del Sol que pueden disuadir al visitante de pasar sus vacaciones de verano en Andalucía, después de un año de récord para el sector que el Gobierno de Moreno prevé que sea incluso mejor en 2024. La sequía tendrá la última palabra.
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