Imagen de archivo de un agente de la Policía Nacional

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Málaga

Violento asalto en una casa en Benalmádena: una madre y su hija maniatadas y agredidas por unos encapuchados

Dos asaltantes irrumpieron en una vivienda de Arroyo de la Miel, robando joyas y dinero en efectivo antes de huir ante los gritos de auxilio de la víctima

El sueño de un viernes tranquilo se transformó en pesadilla en Arroyo de la Miel, Benalmádena. Una mujer y su hija de 18 años sufrieron una violenta invasión en su domicilio. Dos hombres encapuchados forzaron la entrada tras hacerse pasar por repartidores, según las primeras pesquisas de la Policía Nacional.

La madre, creyendo que era un mensajero, abrió la puerta. La sorpresa fue absoluta. Al ver a los intrusos, la mujer se desmayó presa del pánico. Los asaltantes, sin perder un segundo, aprovecharon ese instante de vulnerabilidad para inmovilizarla sin que opusiera resistencia.

La hija intentó enconderse

La joven, alertada por el jaleo, intentó ponerse a salvo. Corrió a su habitación y trató de atrancar la puerta con el cerrojo. Un gesto comprensible de defensa que, sin embargo, no fue suficiente. Los delincuentes forzaron el acceso al cuarto y también redujeron a la adolescente.

Ambas fueron golpeadas y maniatadas. Las fuentes policiales indican que, por fortuna, no sufrieron heridas de gravedad. Mientras estaban retenidas contra su voluntad, los encapuchados registraron la vivienda con meticulosidad y desesperante calma, buscando objetos de valor.

El cautiverio terminó de manera abrupta. La madre recobró el conocimiento y, en un acto de valentía instintiva, logró salir al rellano de la escalera. Allí, con la voz quebrada por el terror, pidió auxilio a unos vecinos. Les contó, entre jadeos, la aterradora situación.

Los criminales se dieron cuenta de su huida y todo se precipitó. Abandonaron el registro a medias y huyeron a toda prisa, dejando a la hija aún atada dentro del piso. Poco después, la joven pudo ser liberada de sus ligaduras por los vecinos y la ayuda que ya llegaba.

El botín fue cuantioso. Según las investigaciones, los ladrones se llevaron varias piezas de joyería, principalmente de oro, y 1.400 euros en efectivo que la familia guardaba en casa. Una pérdida material que, sin duda, queda empequeñecida por el golpe psicológico.

La Policía Nacional investiga el caso como robo con violencia, detención ilegal y lesiones. Los agentes revisan cámaras de seguridad de la zona y piden testimonio a otros residentes. Hasta el momento, no se han producido detenciones relacionadas con este brutal hecho.

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