(Foto de archivo) La Guardia Civil, durante una intervención en la localidad de Roquetas
Almería
El miedo reina en Roquetas: solo una patrulla de seguridad para un municipio de más de 110.000 habitantes
Jucil estalla después del último incidente en el que estuvieron a punto de arrojar al vacío a un agente de la Guardia Civil: «No se puede seguir trabajando con tan pocos medios»
Un juzgado de Roquetas de Mar ha ordenado prisión provisional para un hombre detenido este sábado en Aguadulce que, tras una intervención de la Guardia Civil, acabó agrediendo a dos agentes.
El detenido, en compañía de otro varón más, se había parapetado en un balcón de un inmueble donde había una mujer que amenazaba con precipitarse al vacío. Una vez dentro, y al intentar acceder los agentes para apartarlos de allí, les propinaron golpes y patadas e incluso intentaron arrojar a uno de los guardias al exterior.
La asociación profesional Jucil ha señalado que estos hechos se enmarcan en un contexto de «pérdida del principio de autoridad» y de falta de reconocimiento de la profesión de riesgo para los guardias civiles.
Además, se daba la circunstancia que la patrulla del Puesto de Roquetas de Mar estaba sola en servicio de seguridad ciudadana, pero ante el riesgo a que la situación se descontrolara, tuvo que ser auxiliada por una segunda dotación cuya labor habitual es la vigilancia de costas y playas, y no la atención de emergencias. Sin ese apoyo, según Jucil, «podría haberse producido una tragedia mayor».
El secretario provincial de dicha asociación en Almería, Rafael Maldonado, ha incidido en el hecho de que «solo hay una patrulla de seguridad ciudadana para todo Roquetas de Mar, un municipio de más de 110.000 habitantes», una situación que a su juicio, «deja desprotegidos a los agentes y a la ciudadanía».
«No se puede seguir trabajando con tan pocos medios. El Gobierno tiene que garantizar la seguridad de quienes la garantizan», ha subrayado.
Lesiones y daños a un vehículo
Y es que, el mencionado incidente es la gota que colma el vaso. Los agentes habían encontrado a la mujer del inmueble en compañía de dos varones bajo los efectos de sustancias y que se negaban a irse. Fue necesaria la intervención de otros equipos de Roquetas y Vícar y uno de los guardias acabó lesionado. En el transcurso del forcejeo, se produjeron daños a un vehículo oficial.
La testigo de los hechos ha declarado este domingo que en realidad fue uno de los detenidos el que llamó al instituto armado manifestando que quería suicidarse para que acudieran a su domicilio, ya que afirmaba que quería «matar a un guardia civil», y que ambos habrían accedido al balcón para poder arrojar a un agente.