El PSOE-A reconoce que sabía «desde junio» de las denuncias contra su líder en Torremolinos, pero Montero no hizo nada

Andan las cosas movidas en la política andaluza, justo cuando sus protagonistas desearían que menos se movieran, en plena recta final de la legislatura. Un año político que puede hacerse muy largo a unos y otros en el caso de seguir con esta inercia.

Hace unas semanas, a Juanma Moreno parecía que se le podía complicar el horizonte electoral desde que trascendieron, en primer lugar, la crisis de los cribados en el cáncer de mama, y al poco, el feo caso de corrupción en el seno de la Diputación de Almería que controla desde hace mucho tiempo el PP.

Sin embargo, cuando más aire podría coger María Jesus Montero, la realidad le ha devuelto de nuevo a donde partía cuando fue nombrada secretaria general del PSOE-A. Es decir, a los malos augurios en unos comicios que deberán celebrarse en mayo o junio.

La Fiscalía de Sevilla arruinó algunas de esas aspiraciones tras el archivo de la denuncia de Amama (Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama en Andalucía) por el falso borrado de mamografías en el seno del SAS (Sistema Andaluz de Salud) justo cuando más arreciaban los fallos en la sanidad pública.

Pero a ello, los escándalos de corrupción y sexuales protagonizados por un lado, por el ahora omnipresente en los titulares, Paco Salazar, y por otro, por el líder del partido en Torremolinos, Antonio Navarro, vuelven a cuestionar la labor de una lideresa ausente en la comunidad a la que pretende presidir. Y es que no vale con hacer campaña solo los fines de semana.

Salazar, polémicas y escándalos

Lo que haya hecho o haya podido hacer Paco Salazar cuestiona sobremanera los mecanismos internos del PSOE andaluz.

Si bien su figura había quedado muy dañada desde que la UCO de la Guardia Civil empezara a investigarle por haber cobrado del Ayuntamiento de Dos Hermanas (Sevilla) sin ir a trabajar, son ahora los escándalos de abuso de poder y acoso sexual los que han dinamitado su figura.

Sin embargo, y sin solución de continuidad, es el caso de Torremolinos (Málaga) el que ha estallado en el momento más inoportuno para la federación andaluza de los socialistas. La presidenta del Consejo de Alcaldes del PP de esta provincia, Margarita Cid, ha preguntado directamente a María Jesús Montero desde cuando llevan tapando ese presunto acoso sexual del secretario general de los socialistas en aquella localidad a una militante, que harta de la inacción del PSOE-A, se fue a la Fiscalía.

Montero y Aguilar no hicieron nada

La también presidenta del PP de Torremolinos no ha tardado en preguntarse «cuánto tiempo ha ocultado el PSOE esta denuncia» tras trascender que la afectada denunció lo que sucedía a los órganos internos del partido «transcurriendo muchos meses sin que se haya hecho nada».

Junto a la de Montero, también queda muy tocada la figura del secretario general del PSOE malagueño, Josele Aguilar, por conocer este caso desde principios desde junio pasado y sin que, a priori, se haya hecho mucho para tomar las riendas del asunto. Para Del Cid, es un «bochorno» la nota de prensa de los socialistas malagueños, «que confirma que lo sabían».

En este sentido, la dirigente popular ha incidido en que los mensajes que se han hecho públicos «son muy desagradables y, en un contexto laboral, absolutamente improcedentes». «¿Por qué no se actúa desde el PSOE? ¿Qué pretenden hacer ocultando estos casos?», se ha preguntado la dirigente del PP malagueño, quien ha reclamado explicaciones a los secretarios generales del PSOE de Andalucía y de Málaga, María Jesús Montero y Josele Aguilar, respectivamente.