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Málaga

Estudiantes de Automoción en Alhaurín el Grande denuncian que imparten clase a la intemperie

La protesta une a alumnos, profesores y sindicatos que exigen soluciones inmediatas y claridad en el uso de fondos europeos. La nave en la que estudian es declarada insegura

El frío de la mañana y el calor del mediodía se han convertido en los incómodos compañeros de pupitre del alumnado de Automoción del IES Antonio Gala. La imagen de estudiantes y docentes dando clase al aire libre, con el material didáctico apilado en el patio, se ha repetido en las últimas semanas. La razón es tan simple como desoladora: su taller, la nave donde deberían formarse, carece de los permisos necesarios para ser utilizada. «No tenemos los medios ni instalaciones necesarias para poder dar clases», es la frase que resume la frustración general.

Un taller que es un «horno»

Francisco Plaza, jefe del departamento de Automoción, confirmó la situación. Explicó que la semana pasada les comunicaron oficialmente la imposibilidad de usar las instalaciones. Este problema, que obliga a suspender las lecciones cuando llueve, fue el detonante de una concentración pacífica a las puertas del instituto este pasado lunes. Casi medio centenar de personas alzaron su voz para ser escuchados.

Lo más paradójico de esta situación es que el centro recibió una inversión cercana al millón de euros de fondos europeos en 2019, destinados precisamente a mejorar sus instalaciones de Formación Profesional. Sin embargo, las obras permanecen inacabadas. Plaza no solo pide que se finalicen, sino que se haga «con unas condiciones mínimas de cumplimiento normativo». El departamento reclama también la dotación de equipamiento que, según la orden reguladora del ciclo, les corresponde y que nunca llegó.

Dentro de lo que debería ser un taller formativo, la ausencia de herramientas es clamorosa. Los estudiantes denuncian la falta de elementos esenciales como una cabina de pintura, un plato aspirante, una bancada o un compresor. Comparten una misma preocupación: temen salir al mercado laboral sin la experiencia práctica necesaria. Además, cuando el sol aprieta, la nave se convierte en un espacio insoportable, superando los 40 °C al carecer de climatización.

La lucha ha traspasado las aulas y ha encontrado eco en los sindicatos. Carmen Máximo, portavoz de USTEA, calificó la situación de «criminal». «No se cumplen las medidas de seguridad; hay que hacer una auditoría para saber en qué se ha invertido el millón de euros», denuncia. El sindicato advierte que esta protesta no será la última.

Desde Comisiones Obreras (CC.OO.), señalan que existe una planificación deficiente. Denuncian que las administraciones se atribuyen mutuamente la responsabilidad; es decir, entre la Delegación y la Agencia Pública Andaluza de Educación.

Frente a las movilizaciones, la Junta de Andalucía emitió un comunicado. En él, detalló una reunión entre el delegado territorial, Miguel Briones, y el director del centro, Francisco Javier Aragón, que «se saldó con un resultado positivo». La administración asegura haber recibido, analizado y autorizado el crédito para el equipamiento solicitado. Además, anuncia una transferencia adicional de 56.000 euros para acondicionar las instalaciones. Mientras estos trámites se materializan, las clases bajo el sol o la lluvia continúan.

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