Los dueños de Cuchillería Regina en la fachada del local
Sevilla
Otro comercio histórico se suma a la 'epidemia' de cierres en Sevilla y baja la persiana tras 95 años
Cuchillería Regina se despide por jubilación y sin relevo mientras afirman que el edificio lo ha comprado una «multinacional»
El centro de Sevilla vive en los últimos años una especie de 'epidemia' de cierres de comercios locales, algunos emblemáticos y hasta centenarios. Es un goteo incesante que va redibujando el panorama de una ciudad donde el comercio tradicional ha gozado siempre de prestigio y cariño.
Este mismo año han anunciado su cierre, entre otros, Cuadro, en la calle Alcaicería y la conocida tienda de disfraces Pichardo, abierta en 1952 en la calle José Gestoso. El último en sumarse a la espiral de clausuras es Cuchillería Regina, un negocio que no llegará a los cien años de vida y se despide tras 95 de actividad en la calle del mismo nombre, cerca de las Setas.
La tienda ya ha colgado el cartel de «liquidación por cierre» junto con un agradecimiento a los clientes por su «fidelidad». El 31 de diciembre bajarán por última vez la persiana. En el adiós de esta tienda confluyen varios factores que se replican en la mayoría de estos 'cerrojazos'. Se resumen en dos: falta de relevo y encarecimiento del centro.
El «sueño» de Eliseo y Rosalía
Eliseo y Rosalía, dueños del local, que adquirieron en 2014 a la familia fundadora, ya habían avisado que no contaban con relevo generacional. Sus hijos son universitarios y ninguno está interesado en esta actividad que ya parece de otro tiempo y que Eliseo mamó en su familia. Por tanto, al llegar la edad de jubilación, se despiden, dicen, con «gratitud» y vuelven a León, su ciudad de origen.
En una carta aseguran que «durante 11 años hemos vivido una etapa de nuestras vidas que nos ha llenado de ilusión y plenitud (...) En la vida no puede haber mayor gozo que levantarse cada día con la sensación de estar haciendo lo que a uno le llena, más si cabe si es junto a la persona que amas (...) Cuchillería Regina ha sido nuestro sueño y hoy llega el momento de seguir soñando y vivirlo desde fuera». Los dueños se confiesan «muy queridos» en el barrio y agradecen el cariño de la ciudad.
Aunque la falta de relevo es uno de los principales retos para el comercio tradicional y de barrio, el encarecimiento de los alquileres también está dando la puntilla. Eliseo asegura que, aunque ellos ya tenían decidida la jubilación, recientemente se enteraron por carta de que el edificio que ocupan «había sido comprado por una multinacional».
En los viejos locales comerciales de Sevilla se ha hecho fuerte el negocio turístico. Muchos de estas tiendas de todo tipo reabren convertidas en apartamentos, restaurantes o tiendas de ropa. Según un estudio de la Universidad de Sevilla, de 2008 a 2023 la hostelería creció del 16 al 32 % en las calles comerciales del centro. La vida de barrio decae y el casco antiguo deja de ser un lugar para vivir y refuerza su papel de centro neurálgico del ocio.