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27 de abril de 2024

La Reina Doña Sofía, acompañada por el entonces Príncipe de Asturias y su prometida, durante la visita a los heridos de los atentados

Doña Sofía, acompañada por el entonces Príncipe de Asturias y su prometida, durante la visita a los heridos del 11MEFE

Casa Real  11-M: el día que Doña Letizia descubrió el lado amargo de ser Reina

La Familia Real se desplegó por los siete hospitales de Madrid para visitar a los heridos del atentado

En marzo de 2004 Don Felipe y Doña Letizia vivían con ilusión los preparativos de su boda, que iba a celebrarse dos meses después. Tras la larga soltería del Heredero de la Corona, allá donde iban recibían muestras de cariño y deseos de felicidad. Pero toda esa alegría se esfumó de un plumazo la mañana del día 11, cuando España sufrió el peor atentado de su historia.
Hasta ese día, Doña Letizia había asistido a grandes tragedias, pero como periodista, para informar de ellas, como ocurrió cuando viajó a Nueva York como enviada especial de TVE tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Don Felipe, con su entonces prometida, Doña Letizia

Don Felipe y Doña Letizia, tras visitar a los heridos en los hospitales de MadridEFE

Aquel 11 de marzo, todo era diferente. Doña Letizia iba a acompañar a la Reina Doña Sofía y al entonces Príncipe de Asturias a visitar a los heridos de los atentados que estaban ingresados en los hospitales Gregorio Marañón, Doce de Octubre y Clínico. Y allí comprendió sobre la marcha lo que se esperaba de ella como futura Princesa y, después, como Reina: debía intentar reconfortar a los heridos y a las familias; buscar palabras de consuelo y trasladar el apoyo y la solidaridad de los españoles.
Había dejado de ser la periodista Letizia Ortiz para convertirse en un símbolo y ahora debía hacer suyo el dolor de los demás. Ni ella ni Doña Sofía pudieron evitar que se les saltaran las lágrimas.
La Reina, con el Príncipe y Doña Letizia, a su llegada al Gregorio Marañón, donde había 250 heridos ingresados

La Reina, con el Príncipe y Doña Letizia, a su llegada al Gregorio Marañón, donde había 250 heridos ingresadosEFE

Para la Reina Doña Sofía tampoco fue fácil aquel día. Acompañados por la entonces ministra de Sanidad, Ana Pastor, y por los responsables de cada hospital, estuvieron recorriendo las plantas de los hospitales donde estaban ingresados los heridos de los atentados y visitaron a aquellos que se encontraban en mejor estado para tratar de reconfortarles y a transmitirles su afecto, a ellos o a sus familiares.
A la vez, las Infantas Doña Elena y Doña Cristina, acompañadas de sus maridos, visitaron los hospitales La Paz, Ramón y Cajal, Gómez Ulla y La Princesa.
La Infanta Doña Elena, en el Hospital Ramón y Cajal

La Infanta Doña Elena, en el Hospital Ramón y CajalEFE

En los hospitales Doce de Octubre y Gregorio Marañón también se acercaron a los salones de actos, que se habían convertido en centros de información para las familias de los heridos, fallecidos y desaparecidos. Allí se vivieron momentos desgarradores, pero aún así, cuando vieron entrar a la Reina con el Príncipe y su futura nuera, les aplaudieron.

Momentos de mucha tensión

Cuando llegaron a la puerta del Clínico se vivió un momento muy tenso. Allí se encontraba un padre desesperado porque en la quinta planta del hospital su hijo se debatía entre la vida y la muerte tras resultar herido en los atentados. El hombre pedía a gritos un referéndum para recuperar la pena de muerte para los asesinos.
Cuando Doña Sofía iba a entrar en el hospital, se giró para consolar a ese hombre, y él, al ver el gesto de la Reina, le pidió perdón por los gritos, le habló de su hijo y, desmoronado, rompió a llorar. Doña Sofía y Doña Letizia lloraron con él.
La entonces ministra de Sanidad, acompañando a la Reina, al Príncipe y a Doña Letizia

La entonces ministra de Sanidad, acompañando a la Reina, al Príncipe y a Doña LetiziaEFE

En el Hospital Doce de Octubre también se vivió una situación parecida, porque familiares de las víctimas pedían: «Haced algo contra ellos. Nos matan a los hijos y a todo el mundo. Acabad con ellos».
Don Juan Carlos, que el día del atentado permaneció en su despacho del Palacio de La Zarzuela, recibiendo llamadas de pésame y apoyo de mandatarios extranjeros y preparando el mensaje que dirigió por televisión esa noche, también visitó a los heridos días después, cuando fue con Doña Sofía al Doce de Octubre y al Gómez-Ulla.
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