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El Rey, en el entierro de Rafael Altamira y su esposa en El Campello (Alicante)Casa del Rey

Casa Real  El gesto del Rey de todos los españoles al asistir al entierro de Altamira, muerto en el exilio

Don Felipe ha viajado al municipio alicantino de El Campello para presidir la inhumación del historiador y jurista repatriado desde México, pero no ha tomado la palabra; bastaba con su presencia

Pocos entierros se han celebrado con tanta sensación de satisfacción como el que ha presidido el Rey este lunes en el municipio alicantino de El Campello. Porque enterrar a alguien que precisamente hoy cumpliría 159 años y que falleció hace 74, por muy emotivo que sea, nunca es lo mismo. De hecho, salvo su nieta, casi ninguna de las personas que han acudido a la inhumación del historiador y jurista Rafael Altamira, exiliado en 1936 y muerto en México en 1951, le conocieron en vida, aunque sí les ha llegado su legado.

Pero, además, lo que se ha vivido esta mañana en El Campello ha sido un acto de reconciliación, de concordia, humanidad y de verdadera justicia histórica, como los que se vivían en tiempos de la Transición, cuando se repatriaron a muchos otros españoles muertos fuera de su patria. Y, sobre todo, se ha cumplido la voluntad de Altamira: «Cuando se me aparte de la vida oficial, me retiraré al rincón de mis amores más gratos: a Campello».

La repatriación de los restos de Altamira nada tiene que ver con el aniversario de la muerte de Franco. Lo cierto es que llevaba décadas intentándose sin éxito, hasta ahora, que se ha logrado gracias al empeño de un alcalde, Juan José Berenguer (PP), que se ha pasado tres años luchando con los trámites y ha conseguido poner de acuerdo a todas las administraciones (local, provincial, autonómica y nacional), al margen de sus diferencias políticas, para devolver a El Campello a su vecino más ilustre.

Don Felipe con María Luz Altamira, nieta del jurista e historiador

Don Felipe con María Luz Altamira, nieta del jurista e historiadorCasa del Rey

El Rey, con la nieta de Rafael Altamira, ante la sepultura del historiador y jurista inhumado este martes en El Campello

El Rey, con la nieta de Rafael Altamira, ante la sepultura del historiador y jurista inhumado este martes en El CampelloCasa del Rey

Ceremonia celebrada a las puertas del cementerio de El Campello en homenaje a Rafael Altamira

Ceremonia celebrada a las puertas del cementerio de El Campello en homenaje a Rafael AltamiraCasa del Rey

Más de 500 personas -familiares, autoridades civiles, militares y eclesiásticas y académicos, entre ellos- han querido presenciar esta mañana este momento histórico en el que los restos mortales de Altamira y de su esposa, Pilar Redondo, que fueron repatriados desde México el pasado diciembre, han recibido sepultura en el cementerio de este municipio. Entre ellos, el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, que ha financiado la repatriación con una subvención de 60.000 euros, y su predecesor en el cargo, Ximo Puig, que también apoyó la operación.

La presencia del Rey era el mensaje

La ceremonia pública se ha celebrado en una gran carpa instalada para la ocasión en la explanada que conduce al cementerio. El Rey ha presidido el acto, pero no ha tomado la palabra. Bastaba con su presencia para trasladar el mensaje de que él es el Rey de todos los españoles, de los que se quedaron, de los que se fueron, de los que regresaron y de los que siguen lejos. Le ha acompañado el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres.

En el escenario se podía ver una imagen del historiador y jurista y la frase con su voluntad de retirarse a El Campello. Tras una semblanza de Altamira y un vídeo de su vida con imágenes históricas, en las que se veía al historiador con Alfonso XIII, cuyo bisnieto presidía la ceremonia desde la primera fila, el alcalde ha tomado la palabra.

Las urnas con los restos de Altamira y su esposa, en el acto presidido por el Rey

Las urnas con los restos de Altamira y su esposa, en el acto presidido por el ReyCasa del Rey

Don Felipe, en el homenaje a Rafael Altamira este lunes en El Campello

Don Felipe, en el homenaje a Rafael Altamira este lunes en El CampelloCasa del Rey

Berenguer ha destacado que Altamira llegó a convertirse en «uno de los españoles más reconocidos en el mundo entero». «Fue un humanista, historiador, jurista, pedagogo y pensador comprometido con la justicia y con la paz», ha afirmado el alcalde antes de recordar que fue propuesto dos veces al premio Nobel de la Paz y que siempre defendió la educación y el conocimiento de la historia, así como el derecho para resolver los conflictos.

«Desde tierras lejanas continuó promoviendo los principios de justicia y libertad. Hoy recibimos de forma oficial y solemne a Altamira y a su esposa después de tres años de procesos administrativos. Este logro histórico es algo que Campello y España deben agradecer a mucha gente, a altas instituciones que decidieron que merecía la pena», ha afirmado el alcalde y ha citado al actual presidente y al anterior de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón y Ximo Puig, al presidente de la Diputación Provincial, Toni Pérez, y al cónsul general de España en México, cuya «participación ha sido vital». «Y siempre el respaldo de la familia Altamira, a la que agradecemos de corazón todas las facilidades que nos han dado», ha añadido.

En el acto ha intervenido una nieta de Altamira, María Luz Altamira García-Tapia: «Tuve la suerte de conocerlo cuando apenas era una niña y mis padres me llevaron a visitarlo a Bayona (Francia), y le pregunté si la barba se la quitaba para dormir, a lo que me respondió que sí», recordó con nostalgia, antes de agradecer a todas las instituciones que han hecho posible este «retorno tan significativo» y añadió: «Hoy, 74 años después de su muerte, la patria que un día le condenó a morir en el exilio le abre las puertas», lo que calificó como un acto de «reconciliación de un país con uno de sus hijos» más prestigiosos.

También intervino un bisnieto del jurista e historiador, Ignacio Ramos Altamira, quien agradeció el apoyo prestado por todas ls autoridades, y el presidente de la Diputación, Toni Pérez.

Ceremonia íntima y visita

Después, el Rey, las autoridades y los familiares han pasado al cementerio, donde han depositado, en la intimidad, los restos mortales de Altamira y su esposa en su sepultura definitiva: un panteón que ha construido con ese fin el Ayuntamiento de El Campello y al que ya fueron trasladados el pasado viernes, desde el nicho que ocupaban, los padres y los abuelos paternos del historiador.

Una vez terminada esta ceremonia, Don Felipe se trasladó al Ayuntamiento y se convirtió en el primer Rey de España que visita el municipio de El Campello.

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