
Don Felipe, el 26 de mayo de 1995, en su graduación en la Universidad de Georgetown
Casa Real El día que Don Felipe empezó a aprender el oficio de Rey
Hace 30 años, el Príncipe se graduó en la Universidad de Georgetown. Ese día marcó el final de su formación académica y el comienzo de una nueva etapa en la que tuvo que escribir el manual del Heredero de la Corona
Hace 30 años, Don Felipe se graduó en la Universidad de Georgetown (Estados Unidos), donde había finalizado con sobresaliente un máster en Relaciones Internacionales de dos años de duración. Ese día —el 26 de mayo de 1995— terminaba la formación académica del Príncipe de Asturias y, partir de ese momento, aquel joven de 27 años tuvo que inventarse las funciones del Heredero de la Corona y aprender sobre el terreno el oficio de Rey.
El máster en Georgetown —la universidad católica y jesuita más antigua de Estados Unidos— era la guinda de la formación excepcional que había recibido el Príncipe de Asturias, tras haber estudiado COU en Canadá, haber pasado por las tres academias militares y haber cursado la carrera de Derecho y asignaturas complementarias de Ciencias Económicas en la Universidad Autónoma de Madrid. Decían que era el Príncipe mejor formado de la historia.
Sin manual ni precedentes
En aquellos tiempos Don Felipe afirmaba que no quería ser un Príncipe a la espera de que su padre le traspasara algún día la Jefatura del Estado. «Ser Heredero no significa estar a la espera. Ser Heredero es prepararse para ser Rey», decía. Don Juan Carlos tenía entonces 57 años —los mismos que Don Felipe hoy— y se veía muy lejano el relevo en la Corona. Pero no existía ningún manual sobre qué debía hacer un Príncipe de Asturias. La Constitución no le atribuía ninguna función, más allá de la Regencia. Y tampoco había precedentes cercanos que le sirvieran de referencia. Su padre fue Príncipe bajo el régimen de Francisco Franco; su abuelo, Don Juan de Borbón, en el exilio, y su bisabuelo, Alfonso XIII, nació Rey.

Don Felipe con los Reyes en la Universidad de Georgetown el día de su graduación

Don Felipe comparece ante los periodistas en las puertas de la Universidad de Georgetown
Darse a conocer
Esa etapa de privacidad llegó a su fin y empezaba otra en sentido contrario: el Príncipe tenía que conocer España y darse a conocer a los españoles. Don Felipe comentaba que él quería ser útil a los españoles y empezar a ganarse la Corona. Con ese fin, en diciembre de 1995 el abogado del Estado Jaime Alfonsín se incorporó al Palacio de la Zarzuela como jefe de la recién creada secretaría del Príncipe. Y entre los dos empezaron a diseñar el manual del Heredero de la Corona.
Una de las funciones más importantes que se atribuyó al Príncipe fue la representación de España en las tomas de posesión de los jefes de Estado iberoamericanos. Hasta ese momento, era el presidente del Gobierno español el que asumía ese papel, pero Don Juan Carlos acordó con Felipe González y con el principal partido de la oposición, el PP, que dicha función la asumiría el Heredero de la Corona.

El Príncipe de Asturias, en uno de los ordenadores de la Universidad de Georgetown
El objetivo era que Don Felipe estuviera listo para asumir la Jefatura del Estado cuando llegara el momento, aunque nadie podía saber entonces que esa etapa de aprendizaje iba a durar 19 años, hasta el 19 de junio de 2014, que se produjo el relevo en la Corona.
En ese tiempo, el Príncipe asistió a 1.947 actos, pronunció 1.118 discursos y realizó 155 viajes oficiales al exterior, en los que aprendió a moverse en la esfera internacional, conoció a infinidad de mandatarios y se labró una envidiable agenda de contactos al máximo nivel. También acudió a infinidad de funerales —de víctimas de ETA, del Yak, del 11-M, de caídos en actos de servicio, de accidentes y de catástrofes naturales— y al entierro de Miguel Ángel Blanco, cruelmente asesinado por la banda terrorista.
Garantizar la continuidad
Además contrajo matrimonio con Doña Letizia y garantizó la continuidad de la dinastía con el nacimiento de sus dos hijas, las entonces Infantas Leonor y Sofía. También asumió en muchas ocasiones la representación de su padre durante las convalecencias de las numerosas operaciones a las que Don Juan Carlos tuvo que ser sometido. Y aprendió a marcar distancias con los miembros de la Familia Real que no estuvieron a la altura, como Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina.
El día que cumplió 43 años Don Felipe comentó a un grupo de periodistas que se sentía «dispuesto y a la orden» para asumir la Corona, pero aún tuvo que esperar tres años y medio más para que Don Juan Carlos abdicara y él fuera proclamado Rey. Desde entonces han pasado ya casi once años en los que Don Felipe se ha mostrado satisfecho de la formación recibida y, hasta el momento, ha tratado de que su hija mayor, la Princesa de Asturias, siguiera sus mismos pasos para aprender el oficio de la familia. El manual ahora sí está escrito, y por el propio Rey.