El arqueólogo José Manuel Galán en el Museo de Luxor
Viaje de Estado a Egipto
El arqueólogo Galán: «La costumbre de llevar flores a los difuntos viene de Egipto»
Este profesor del CSIC que dirige las excavaciones de Djehuty en Luxor ha sido uno de los expertos que ha mostrado a los Reyes los descubrimientos realizados por españoles en Egipto
El arqueólogo José Manuel Galán, profesor de Investigación del CSIC y director de las excavaciones de Djehuty, en Luxor, ha sido uno de los encargados de relatar a los Reyes los descubrimientos realizados por españoles en Egipto. Entre ellos, se encuentra lo que parece ser el testimonio más antiguo de vidrio de todo Egipto, aunque lo tienen pendiente de acreditar científicamente.
También el equipo de Galán halló en 2017 «el único jardín que se ha descubierto en una necrópolis en Egipto». «Es un jardín pequeño, de unos tres metros por dos y medio, que conservaba en sus cuadrados las semillas de las plantas que allí crecieron hace 4.000 años», explica.
Cuenta que ellos estaban excavando en torno a las tumbas de Djehuty, que datan del año 1.500 a.C. y ahora están abiertas al público, pero se produjeron unos derrumbes en el interior y empezaron a excavar también fuera. «En contra de lo que los egiptólogos asumían, fuera hemos encontrado muchísima información sobre la sociedad de la antigua Tebas, desde ramos de flores hasta la existencia del jardín».
Galán muestra a los Reyes el pequeño jardín descubierto en las excavaciones de Djehuty
Galán mostró este pequeño jardín a los Reyes durante la visita a las excavaciones. Las semillas que se han encontrado son de cilantro, de una cucurbitacea (especie de melón) y de unas flores de la familia de las margaritas... «Una combinación de vegetales y flores, que es lo que deseaba el difunto para su otra vida. Además de comer pato y vaca, deseaban acompañarlos con vegetales», comenta.
«Para los egipcios, las flores tenían un simbolismo -explica- el arqueólogo-, porque la misma palabra significaba vida y flor en antiguo egipcio. Ofrecer flores era una forma de desear la vida. La costumbre que nosotros tenemos de llevar flores a los difuntos viene de Egipto precisamente por ese juego de palabras».
Ramos de flores de 3.000 años
En las excavaciones, añade «nosotros hemos encontrado un agujero con 50 ramos de flores de hace 3.000 años que debieron acompañar al difunto; después de cumplir su función, se enterraron y, gracias a la sequedad del terreno, se conservan en perfecto estado».
Galán ha explicado que llevan 25 años investigando en Luxor y que, además de recibir algunas ayudas de dos Ministerios, su proyecto se financia con el patrocinio de la empresa Técnicas Reunidas.
Además de los ramos y del jardín citados, en sus excavaciones han encontrado ataúdes del año 2.000 a.C.; flechas y arcos con la cuerda todavía anudada en uno de los extremos o el pizarrín de escuela que probablemente utilizó Djehuty, cuando era pequeño para aprender a manejar el pincel.
Único retrato frontal de un faraón
Djehuty era un alto funcionario en la época de la Reina Hatshepsut. En el pizarrín que parece que utilizó de niño, un maestro escribió un texto y realizó un dibujo para que el alumno lo copiara. «La singularidad del dibujo es que es el único retrato frontal de un faraón, que curiosamente es la Reina Hatshepsut». Se sabe que es una faraona, «porque la anchura de los hombros es de cinco cuadrados, y no de seis, como solían tener los varones».
El collar de una joven de 15 años
Galán dice que en el Museo de Luxor «tenemos como 2.000 años de historias aquí representados y no solo objetos funerarios; también hay objetos cotidianos, como peines y collares. Entre ellos, el collar que encontraron en el ataúd de una chica de unos 15 años y que es un collar muy significativo porque estaba compuesto de piedras preciosas, como amatistas, turquesas, granates... pero además tenía ocho cuentas de collar que son de vidrio. Probablemente este sea el testimonio de vidrio más antiguo de todo Egipto». «Calculamos que la momia (de la chica) debió vivir en torno al año 1.700 a.C., y eso haría que nuestro vidrio fuera el más antiguo. Pero todavía tenemos que argumentarlo científicamente».
Para Galán, la visita de los Reyes ha supuesto «un espaldarazo muy importante al proyecto, que en enero cumplirá 25 años, y a la arqueología española».