Interior del Pasaje de Lodares
¿Son estos los cuatro edificios más bonitos de Albacete junto al Pasaje Lodares?
Más allá de la excelencia de la galería comercial del Pasaje Lodares existen otros edificios de suma belleza, que se recogen en la selección, aunque hay muchos más
El gran patrimonio de la región, muchas veces genera la ignorante opinión de que Albacete no es más que una ciudad moderna, sin alicientes arquitectónicos que admirar. Tal afirmación, solo puede estar protagonizada por aquellos que no se han permitido el lujo de recorrer sus calles. Pese a que el desarrollo urbanístico de Albacete se produjo desde mediados del siglo XIX y principios del XX, la ciudad cuenta con diseños de gran valor.
Cultivado en diversos estilos, el corazón de Albacete cuenta con un buen número de edificios, que no se pueden perder en la visita a la ciudad. Tras cruzar el incomparable Pasaje Lodares y comprar la pertinente navaja recuerdo de la ciudad, aprovechen para seguir disfrutando de muchos otros lugares. La mirada debe dirigirse más allá de la calle, proyectándose hacia arriba y dándose la oportunidad de descubrir una rica arquitectura.
Más allá del Pasaje, Albacete presenta al depósito del agua, al recinto ferial, la plaza de toros o a la fábrica de harinas, como construcciones icónicas de la ciudad. Además de las mencionadas, cabe poner en relevancia otros diseños arquitectónicos que pasan más desapercibidos, pero que no tienen nada que envidiar a la arquitectura de otros lugares.
Casi todos los presentes en la lista coinciden en su proyección con el gran crecimiento acontecido a la entrada del siglo XX, con hitos que promocionaron tal crecimiento, como la llegada del ferrocarril en 1855. Albacete comenzó a respirar aires de modernidad y la muestra recogida en el presente artículo, trata de poner en consideración el aspecto señorial presente en la ciudad manchega.
Gran Hotel de Albacete
Gran Hotel de Albacete
Presente junto a la Plaza del Altozano, haciendo esquina en la calle Marqués de Molins aparece una de las grandes obras de la ciudad. Construida en principios del siglo XX, supuso la primera edificación emblema de Albacete desde la llegada del ferrocarril. Su autor fue Daniel Rubio en un proyecto de 1915, amparado bajo la promoción de Gabriel Lodares, que contribuyó a que el edificio fuera una realidad en 1920.
El crecimiento urbano y la conexión con Madrid dotaron al nuevo hotel de gran significancia ante la venida de turistas de alto nivel social. El gran crisol de estilos de su fachada lo define como ecléctico, apreciándose características típicas renacentistas, góticas y platerescas. En el año 2000 recibió el Premio de Arquitectura de Castilla-La Mancha y actualmente sigue siendo hotel de cuatro estrellas.
Chalet Fontecha
Chalet Fontecha
En su origen fue diseñado como vivienda unifamiliar de carácter burgués. El palacete fue obra de los arquitectos Julio Carrilero y Manuel Muñoz en el año 1922. Con una superficie de 1.400 metros cuadrados, se dispone en cuatro niveles desde el semisótano, pasando por la planta baja y la principal, hasta llegar al ático.
Su icónica fachada da a la calle Tesifonte Gallego y su estilo estaría influenciado por el renacimiento español, especialmente basado en construcciones desarrolladas en Salamanca que tuvieron gran calado influenciando también edificios presentes en la costa santanderina. En 2014 se declaró Bien de Interés Patrimonial y desde 2024 acoge la sede del Instituto de Estudios Albacetenses «Don Juan Manuel».
Casa del Hortelano
Casa del Hortelano
Frente a la Catedral de Albacete y al Ayuntamiento, aparece el que es actualmente Museo de la Cuchillería de Albacete. Más de un siglo antes, la intención de su dueño, Joaquín Hortelano, pasaba por remodelar su vivienda para albergar la sede de la compañía de seguros Banco Vitalicio de España. Para el proyecto también confió en el autor del Gran Hotel, Daniel Rubio, que asumiría la remodelación en 1912.
Durante un periodo, también albergo la Casa-Cuna, aunque hasta los años ochenta estuvo dedicado a su fin original. En la citada década, su propiedad fue adquirida por el Ayuntamiento y desde entonces ha sido Consejo Social de la Universidad de Castilla-La Mancha, sede de la Policía Local, Gerencia de Urbanismo y por último, Museo de la Cuchillería de Albacete.
El edificio recoge un estilo ecléctico-modernista con azulejos con efecto de vidrio, aunque por encima de cualquier elemento destacan sus pináculos neogóticos y los ventanales palaciegos.
Palacio Provincial de Albacete
Palacio Provincial de Albacete
El más antiguo de la selección, el palacio fue proyectado en 1877 por el arquitecto Justo Millán Espinosa. Un año después comenzaría su construcción que quedaría prolongada hasta 1880, año de su inauguración. Su estilo es en sí una mezcla de varios que concluye en su aceptación como obra ecléctica. Su fachada está adornada con el escudo de Albacete y en su interior se destaca una escalera imperial que asciende a las dependencias.
En su jardín se conservan restos de los bombardeos que sufrió la ciudad durante la Guerra Civil. Anterior al edificio, el conocido como ‘Bosque del Altozano’, estaba ocupado por el convento de San Agustín, que cesó su actividad tras la Desamortización.
Los cuatro edificios seleccionados en la presente muestra, son solo algunos de los más bellos de la ciudad. En cuestión de estética, dependerá del ojo que mira, por lo cual, no duden en perderse por las calles de Albacete para admirar estos y muchos más edificios de gran valor arquitectónico.