El Gobierno se empeñó en crear esta figura pero dejó en manos de las comunidades su implantación sin una hoja de ruta ni presupuesto

Niños jugando en el patio de un colegioEuropa Press

Cataluña

La Generalitat inyecta más recursos a las aulas de catalán para los alumnos extranjeros: este curso se han creado un centenar más

  • Actualmente, hay 1583 dotaciones de aulas de acogida, según datos de la consejería de Educación en respuesta a Vox

  • Se deja claro reiteradamente que es fundamental el «aprendizaje intensivo de la lengua catalana»

Son varias las propuestas que, desde el ámbito educativo, ha puesto en marcha el gobierno de la Generalitat para impulsar, aún más, el uso del catalán entre los estudiantes, y sobre todo para que lo usen más allá de la escuela. Y uno de los ámbitos en los que se incide es en los alumnos de fuera de España, que acaban de llegar al sistema educativo de Cataluña. Aquí juegan un papel fundamental las aulas de acogida, donde solo se les enseña el catalán.

Es más, también existen las llamadas Aulas de Acogida Acelerada (AAA), pensadas para los alumnos extranjeros, de entre segundo y cuarto de ESO, y en las que se les ofrece un curso intensivo y exprés de lengua catalana durante unos cuatro meses. Algunas de ellas están pensadas solo para estudiantes procedentes de Latinoamérica. En estas AAA, las horas lectivas dedicadas a aprender el catalán se incrementan de forma importante, sobre todo en comparación con las aulas de acogida ordinarias. Estamos hablando de 30 horas semanales

Pues bien, en este curso 2024-2025 hay hasta 1.583 dotaciones de aulas de acogida, contando las ordinarias y las aceleradas. Y en esta cifra se incluye la ampliación que ha tenido que llevar a cabo el departamento de Educación para atender las necesidades sobrevenidas durante este curso. Son 117 dotaciones más. Son datos que ha facilitado la consejera de Educación, Esther Niubó, en respuesta al grupo parlamentario de Vox.

Es en la capital, en Barcelona, donde se registra el mayor número de aulas de acogida, son unas 260, aproximadamente. Le siguen Gerona, con 202; el Vallès Occidental, comarca donde están ubicadas ciudades como Terrassa, Sabadell o Rubí, con 181; y le siguen Barcelona Comarcas (161); Baix Llobregat (144); Maresme – Vallès Oriental (143); Tarragona (126); Lérida (106); y ya por debajo del centenar están la Cataluña Central (96); Penedès (93); Terres de l’Ebre (51) y el Alt Pirineu y Aran (19). Pero en definitiva, dos terceras partes de estas aulas están en la provincia de Barcelona.

El español, relegado en estas aulas

La consejera de Educación defiende que se trata de un recurso que tiene una doble finalidad: «en primer lugar, que el alumnado se sienta bien atendido y valorado en los aspectos emocionales y, en segundo lugar, que disponga de las herramientas básicas para empezar, lo más pronto posible, y en las mejores condiciones, su proceso de aprendizaje en el sistema educativo en Cataluña».

Pero esto pasa también por ofrecer «una atención emocional y curricular personalizada y un aprendizaje intensivo de la lengua catalana de este alumnado». Y se insiste en que para atender al alumnado de origen extranjero, el sistema educativo de Cataluña configura un itinerario que pasa por esa acogida inicial, «con el aprendizaje intensivo de la lengua catalana en el aula de acogida, y también el inicio del proceso de inclusión escolar y social de este alumnado».

En esa respuesta a Vox, desde la consejería explican que se adaptan a las necesidades de cada alumno, en «función de su perfil lingüístico y cultural», pero también se deja claro que «teniendo en cuenta el marco sociolingüístico catalán, en que el alumnado de origen extranjero tiene pocas posibilidades de interactuar en lengua catalana fuera del entorno escolar», esas aulas suponen una herramienta fundamental para garantizar «el derecho lingüístico» de estos alumnos de aprender catalán.

¿Y a quién van dirigidas estas aulas? A aquellos alumnos que hayan llegado en los últimos 24 meses o 36 meses, «en los casos de alumnos de lenguas no románicas o culturas muy alejadas, y procedentes de un proceso migratorio, que necesiten una adaptación curricular específica y no tenga conocimiento de la lengua catalana».

La respuesta consta de tres páginas. Y es en la segunda, y en un pequeño párrafo, en el que se menciona, por fin, al español. En este caso, se limita a decir: «respecto al aprendizaje del castellano del alumno recién llegado, cada centro educativo en el marco de la autonomía, y de acuerdo con el propio proyecto educativo y lingüístico, decide las actuaciones a desarrollar para su aprendizaje».

Y, no hay que perder de vista, según un informe elaborado por la Asamblea por una Escuela Bilingüe, que analizó los proyectos lingüísticos de los centros, de los 2.214 estudiados, el español no es vehicular en ninguna escuela; y el mínimo de educación en castellano que habían fijado los tribunales en varias sentencias, tampoco. Solo 126 de esos centros ofrecían alguna asignatura no lingüística en español en algún curso de primaria o secundaria, pero el 96% de ellos elegían que se diera en castellano educación física o plástica.

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