Pedro Sánchez y Salvador Illa, en Barcelona durante la pasada Conferencia de Presidentes
Cataluña
Sánchez da dos semanas de aire a Illa para que la ‘ola Cerdán’ no arrastre también al cupo catalán
La comisión bilateral entre el Estado y la Generalitat se retrasa a mediados de julio para no quedar empañada por la crisis abierta en la cúpula del PSOE
El exlugarteniente de Pedro Sánchez al frente del PSOE, Santos Cerdán, declara este lunes ante el Tribunal Supremo, acusado de coordinar una presunta trama corrupta en la cúpula del partido para cobrar comisiones a cambio de adjudicaciones irregulares. Este 30 de junio terminaba, además, el plazo pactado entre ERC y los socialistas para concretar la nueva «financiación singular» para Cataluña, también conocida como el ‘cupo catalán’, a cambio de investir a Salvador Illa como presidente de la Generalitat.
En los últimos días las reuniones entre republicanos y socialistas se han producido casi a diario, un trabajo a contrarreloj que dio su fruto este fin de semana cuando –primero el gobierno catalán y luego la ministra de Hacienda, María Jesús Montero– se anunció que el próximo 14 de julio se celebrará en Barcelona la comisión bilateral Gobierno-Generalitat para abordar, precisamente, la cuestión de la financiación.
Será un encuentro en el que se tendrán que sentar «las bases» del modelo –según fuentes cercanas citadas por el diario ARA–, además de cuestiones relativas a la recaudación del IRPF ya en 2026 por parte de la Generalitat. De hecho, según adelanta El Periódico, el gobierno catalán ha convocado ya 50 becas para incentivar las oposiciones a la Agencia Tributaria de Cataluña (ATC), dentro del plan para reforzar este ente con 200 nuevos trabajadores a partir del año que viene.
El gobierno de Illa trata así de evidenciar su compromiso con la financiación singular, a pesar de que los 830 trabajadores de la ATC, contando los refuerzos para la campaña de la renta de 2025, aún distan mucho de los 4.400 que tiene Hacienda en Cataluña. Con todo, no quedará todo cerrado a mediados de julio, y fuentes del gobierno catalán confirman a La Vanguardia que en septiembre habrá nuevas reuniones.
En el tejado de Montero
Dos semanas en política pueden ser una eternidad, y desde el Gobierno esperan que este espacio temporal permita separar la crisis de corrupción que atenaza al ejecutivo de Sánchez de la que es –con permiso de la amnistía– su cesión más polémica al independentismo catalán.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero
Una cesión que se está negociando a tres bandas –Gobierno, Generalitat y ERC– y que el Ejecutivo central intenta hacer más digerible vendiéndolo como una reforma general del sistema de financiación autonómica. Así se expresaba Montero en una entrevista este fin de semana en El Correo de Andalucía, al decir que “los próximos modelos de financiación tendrán que incorporar un reconocimiento a las singularidades y a la diversidad territorial de nuestro país; pero para todos, no solo para Cataluña".
Desde ERC han criticado en numerosas ocasiones el rol de Montero, achacando a las reticencias de la ministra el retraso en las negociaciones. Llevan días, además, elevando el tono contra los socialistas, amenazando con volver a tumbar los Presupuestos de Illa para 2026 si no hay financiación singular, así como los Presupuestos Generales del Estado.
Este sábado, no obstante, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, reconocía la debilidad del PSOE –«no atraviesa su mejor momento», ironizaba– y quitaba hierro al retraso en el plazo del 30 de junio: «Si necesitan unos días o semanas más, que se las cojan», señalaba en el Consejo Nacional de ERC, celebrado en Bellpuig (Lérida). Con todo, mantenía el dedo alzado: «Aprovechamos que sabemos que el PSOE no cumplirá con una fecha que él mismo contribuyó a fijar para recordar que lo más importante es el contenido, y mientras éste no llegue, no podremos llegar a otros acuerdos relevantes».