La expresidenta de Junts y directora académica de Fundem, Laura Borràs, en una imagen de archivo
Política
Laura Borràs vive una «tortura diaria» esperando a que Sánchez la indulte tras ser condenada por corrupción
«La sentencia es durísima, y no puedes hacer como si tu vida no fuera con esto», asegura la expresidenta de Junts
La expresidenta de Junts Laura Borràs –actualmente colocada como directora académica del think tank del partido, la fundación Fundem la República– asegura que vivir pendiente de que el Gobierno de Pedro Sánchez la indulte es una «tortura diaria». Así lo ha dicho en una entrevista este miércoles en el programa Cafè d’Idees de RTVE, en la que se ha referido a su condena por prevaricación y falsdedad documental.
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) recomendó que se le indultase, pero el Tribunal Supremo confirmó la pena de cuatro años y medio de prisión. «La sentencia es durísima, y no puedes hacer como si tu vida no fuera con esto», ha dicho Borràs, que fue condenada por trocear contratos para adjudicarlos sin concurso público a un amigo cuando dirigía la Institución de las Letras Catalanas.
La fiscalía también se opuso a la concesión del indulto porque cree que Borràs no ha mostrado arrepentimiento por sus acciones. Borràs siempre ha insistido en que el suyo ha sido un juicio político y un caso de lawfare, y este miércoles se ha reafirmado, tildando la condena de «desproporcionada», «excesiva» e «injusta».
Según la expresidenta de Junts –que fue apartada cuando Carles Puigdemont quiso volver a ocupar la primera plaza de la formación–, hace ocho años que el Gobierno tiene sobre la mesa su posible indulto. En relación a si la ruptura entre Sánchez y Puigdemont, anunciada por el segundo la semana pasada, puede afectar a su situación judicial, Borràs ha querido dejar claro que ha pedido «siempre» a la cúpula de la formación independentista que este tema quedase fuera de las negociaciones.
Sobre el divorcio de Junts y PSOE, Borràs señala que «se ha visto que es un camino sin retorno», y ve el auge de Aliança Catalana (AC) como consecuencia de la «represión al independentismo».