La portavoz de Junts en el Parlament, Mònica Sales

EUROPA PRESS
14/10/2025

La portavoz de Junts en el Parlament, Mònica Sales EUROPA PRESS 14/10/2025EUROPA PRESS

Mònica Sales, la filóloga del Ebro que debe salvar a Junts de la irrelevancia

Puigdemont confía en la académica tortosina para recuperar el pulso parlamentario y frenar la fuga de votos hacia la ultraderecha independentista

Hay políticos que llegan al poder por aclamación popular. Otros por méritos acumulados. Y luego están los que heredan misiones imposibles. Mònica Sales De La Cruz pertenece a esta última categoría. A sus 42 años, acaba de asumir la presidencia del grupo parlamentario de Junts en el momento más delicado de la formación posconvergente: atrapada entre la comodidad del PSC de Salvador Illa y el empuje imparable de Sílvia Orriols.

Su encargo es titánico: devolver protagonismo a un partido que lleva meses pintando poco en el Parlament.

Raíces convergentes y orgullo territorial

Nacida en 1983 en Jesús, una pequeña pedanía de Tortosa con apenas un millar de habitantes, Sales representa el catalanismo periférico que Junts necesita reivindicar. Mientras otros líderes del espacio posconvergente intentan difuminar su pasado en la antigua Convergència, ella lo exhibe sin complejos. Fue precisamente con esas siglas con las que dio sus primeros pasos en política municipal en 2015, como concejal de su pueblo.

Su perfil académico la distingue del resto de cuadros del partido. Doctora en Filología Catalana y profesora asociada en la Universitat Rovira i Virgili, Sales combina el rigor universitario con una ambición política evidente. Quienes la conocen destacan dos rasgos: capacidad de trabajo y determinación. «Es una mujer ambiciosa», han reconocido alguna vez sin tapujos fuentes del partido. En Junts, donde el liderazgo ha brillado por ausencia en los últimos tiempos, eso se valora.

El gran reto de Sales es devolver centralidad a Junts en un escenario donde Aliança Catalana ha logrado algo que los posconvergentes perdieron: capacidad de marcar agenda. La ultraderecha independentista ha forzado a Junts a endurecer su discurso en inmigración, seguridad y okupación. Un movimiento reactivo que evidencia la pérdida de iniciativa.

Sales debe encontrar la fórmula para recuperar votos identitarios sin mimetizarse con Orriols. Una ecuación compleja que requiere tanto contundencia como credibilidad. Y hacerlo, además, mientras el PSC gobierna con una comodidad inédita en años.

¿Liderazgo propio o paréntesis?

La gran incógnita es qué ocurrirá cuando Puigdemont regrese definitivamente a Cataluña. Su escaño sigue vacío en el Parlament, y desde su entorno aseguran que su voluntad es liderar personalmente el grupo durante esta legislatura. Si eso sucede, el liderazgo de Sales quedará en entredicho antes de consolidarse.

Por ahora, Sales arranca esta semana con una misión clara: demostrar que Junts todavía tiene músculo parlamentario. Que la silla ya no está vacía. Que el partido puede volver a incomodar. Lo hace con la presión de quien hereda un barco a la deriva, pero también con la determinación de quien sabe que esta es su gran oportunidad. Quizá la última que tenga Junts de evitar el naufragio.

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