El pleno del Parlament de Cataluña, esta semana
Cataluña
Los socialistas permiten que prospere una iniciativa en el Parlament catalán que socava el deporte español
El hemiciclo vuelve a reclamar las selecciones deportivas catalanas
Una de las obsesiones del nacionalismo catalán es poderse enfrentar, cara a cara, con otras selecciones internacionales en cualquier tipo de deporte. No soportan que jugadores catalanes –especialmente si compiten con el FC Barcelona– jueguen con la selección española y ganen títulos.
Consideran que estos los tendrían que conseguir sudando la camiseta de Cataluña. El hecho es que, de momento, esto no puede ser y los encuentros que se realizan –como el que hace pocos días les enfrentó a Palestina– son lo máximo que han conseguido hasta el momento presente.
Ahora bien, como que sus ansias no tienen límite, el pasado miércoles se presentó en el Parlament de Cataluña una moción para que se reconociera la oficialidad de las selecciones deportivas catalanas y la posibilidad de su participación plena en competiciones internacionales.
La moción aprobada, impulsada por ERC, insta al gobierno de la Generalitat a reclamar al Gobierno central de España que realice los pasos necesarios para el reconocimiento oficial.
El texto no solo subraya la necesidad de este reconocimiento, sino que también exige las modificaciones normativas imprescindibles para que las federaciones deportivas catalanas puedan afiliarse a las federaciones internacionales y, por ende, sus selecciones puedan competir de forma oficial a nivel mundial o continental.
Moción aprobada
Votaron a favor de la moción Junts, ERC, Cup, Aliança Catalana. PP y Vox votaron en contra, pero el PSC se abstuvo, lo que permitió que la moción prosperase. La aprobación de esta moción no es un hecho aislado, sino un nuevo capítulo en una reivindicación que ha sido una constante en la política catalana durante décadas.
La Ley del Deporte de Cataluña, que data de 1999, ya establecía un marco de apoyo a las selecciones catalanas, aunque con limitaciones para su reconocimiento internacional debido al marco normativo estatal.
La Mesa del Parlament, durante el pleno de esta semana
El principal obstáculo para la oficialidad de las selecciones catalanas reside en la Ley del Deporte estatal. La normativa española reserva la representación internacional a las federaciones deportivas españolas, a no ser que se trate de deportes donde la federación internacional reconozca más de una federación por país, una situación poco común y que a menudo requiere el consentimiento del Estado miembro.
Por otro lado, Cataluña ya cuenta con algunas excepciones en su participación internacional. Ejemplos notables incluyen el Corfbol (Korfbal), donde Cataluña es miembro de pleno derecho de la Federación Internacional de Korfbal (IKF) desde 2005, y en ciertas modalidades de Futsal (Fútbol Sala) con afiliaciones a organismos no reconocidos por la FIFA, como la UEFS o AMF.
Las federaciones deportivas catalanas son históricamente algunas de las más antiguas y con mayor número de licencias de España. Cataluña ha sido cuna de deportistas de élite que han triunfado a nivel global, y sus clubes han tenido un papel preponderante en competiciones españolas y europeas.
Quienes apoyan la oficialidad argumentan que las selecciones catalanas no buscan suplantar, sino complementar la representación deportiva, ofreciendo a los deportistas catalanes la posibilidad de representar a su nación en el ámbito internacional, como ya ocurre con otros territorios sin Estado reconocido. Se ve como un instrumento de proyección internacional y un reflejo de la identidad nacional catalana a través de un canal popular y reconocido globalmente.
La aprobación parlamentaria socava la unidad del deporte español, reservando la representación internacional exclusivamente a las federaciones nacionales, conforme a la ley estatal y los organismos globales. Se considera una deriva política y separatista que busca fragmentar el ámbito deportivo, generando tensiones innecesarias y obstaculizando la cohesión nacional.