La fachada de la Casa Pérez Samanillo, actual sede del Círculo Ecuestre

La fachada de la Casa Pérez Samanillo, actual sede del Círculo EcuestreWikimedia

Historias de Barcelona

Los orígenes del Círculo Ecuestre, el refugio de la élite empresarial de Barcelona

El Círculo Ecuestre ha tenido muchas sedes desde su fundación, en el siglo XIX

El Círculo Ecuestre de Barcelona se encuentra en la calle Balmes con la Avenida Diagonal, en el palacete Pérez Samanillo. El edificio lo mandó construir Luis Pérez Samanillo, empresario hispano-filipino asesinado el 27 de julio de 1936, al arquitecto Juan José Hervás Arizmendi, mientras que la decoración se encargó a Joan Esteva.

Con anterioridad, a partir de 1926, la sede estaba en el Paseo de Gracia, números 38-40, donde actualmente está el Hotel Mandarín y que fue la sede del Banco Hispano Americano y antes la Jefatura Provincial del Movimiento. A la inauguración acudió el rey Alfonso XIII. De 1907 a 1926 la sede estaba en la Plaza de Cataluña número 14, en el principal de la casa de Ignacio Girona.

¿Estas han sido las únicas sedes del Círculo Ecuestre? La respuesta es negativa. El club se creó el 26 de noviembre de 1856. Desde esta fecha a 1907 tuvo dos sedes de las cuales hablaremos a continuación.

Los orígenes del Círculo Ecuestre

Un grupo de prohombres barceloneses, a mediados del siglo XIX, se venían reuniendo en diferentes locales para poner en común su afición. Esto es, el mundo del caballo. Estos centros de reunión eran alguno de los salones del Liceo, la sala de banderas del cuartel que la Guardia Civil tenía en Las Ramblas, el Teatro Principal o un local en la calle Canuda número 16, donde vivía Pelayo de Camps Matas, a quien el Papa Pío IX, el 18 de diciembre de 1876, le concedió el título nobiliario pontificio de marqués de Camps.

Como no tenían un lugar estable, decidieron crear uno. Y este estuvo situado en la calle San Pablo número 83, en la segunda planta del edificio existente. En el anuncio publicado en la prensa se leía:

Careciendo hace muchos años en esta populosa e industriosa ciudad, de un picadero formal y que tenga una representación de tal, en donde las señoras y caballeros aficionados puedan enseñarse a montar a caballo con toda regla y perfección, no conocidas en esta capital por falta de verdaderos maestros, como también instruir toda clase de caballos en todos los aires y manejos de escuela con método a inteligencia, y corrigiéndoles al mismo tiempo toda clase de defectos tanto generales como particulares, contraídos por los malos principios de su enseñanza en los que no han sabido manejarlos e instruirlos, a instancia de algunos amigos y señores aficionados, se acaba de abrir uno en la calle San Pablo n.º 93, dirigido por el práctico y acreditado maestro picador por S.M. y del regimiento de Cabllería de Calatrava, del que acaba de retirarse recientemente, y establecido en esta ciudad D. Antonio Gómez y Collazos.

Este establecimiento estaba abierto todos los días, excepto los festivos, desde las nueve de la mañana hasta las doce de la misma, y por la tarde de dos a cinco. El primer presidente del Círculo Ecuestre fue Jaime Pla, que también lo era del Círculo del Liceo. En aquel lugar, aparte del Círculo Ecuestre también estaba el Cuartel Militar de Caballería de San Pablo y un Picadero de caballos.

El 9 de febrero de 1857 el gobernador civil, Melchor Ordóñez, aprobó un reglamento interno y unos estatutos. Aparte del picadero, también usaron algunos terrenos de lo que eran los Jardines de los Campos Elíseos, en el Paseo de Gracia, entre las actuales calles Aragón, Rosellón y Roger de Lauria.

Un local más céntrico

En ese local sólo estuvieron hasta 1859. Deseaban un lugar más céntrico, a nivel social, para los socios. Por eso, a finales de 1860 se instalaron en el número 10 de la Rambla de Santa Mónica. La inauguración oficial tuvo lugar el 22 de enero de 1861. En aquellos años, hasta su muerte en 1883, uno de los impulsores del Círculo Ecuestre fue el industrial textil Federico Ricart Gibert, marqués de Santa Isabel. Este empezó a organizar conciertos, bailes, veladas musicales, fiestas de Carnaval, cursos de inglés, exhibiciones ecuestres.

Estas nuevas instalaciones en las ramblas tenían, aparte de sede social, dos picaderos, un gimnasio, sala de armas, sala de billar, sala de lectura, sala de conversación, jardines, caballerías. Por iniciativa del Círculo Ecuestre se inauguró, en 1883, el Hipódromo de Can Tunis. Con el tiempo se ampliaron los servicios, añadiéndose una sala de billar, peluquería, baños, duchas. La cuota de socio, a partir de 1897, paso a ser de 10 pesetas al mes. Los socios fundadores y sus descendientes tenían una reducción y pagaban 7,50 pesetas.

El crecimiento de la ciudad hacia la montaña, una vez fueron derribadas las murallas, se aprobó el Plan Cerdá para urbanizar lo que sería el Eixample, y la centralidad de la Plaza de Cataluña, como centro neurálgico de la ciudad, hizo que los socios del Círculo Ecuestre se planteara desplazarse hasta allí, pues las Ramblas habían quedado en un lugar apartado de la vida barcelonesa.

Es por eso que se instalaron en la Plaza de Cataluña número 14. Era la casa del financiero y empresario Ignacio Girona Agrafel (1824-1889). La nueva sede se inauguró el 25 de mayo de 1907, siendo su presidente José Mansana Terrés. En la década de 1960 el edificio fue derribado para construir El Corte Inglés.

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