Detalle de hierro forjado en la fachada del hospital de Sant Pau de Barcelona

Detalle de hierro forjado en la fachada del hospital de Sant Pau de BarcelonaWikimedia

Izquierda y nacionalistas se unen para forzar a los hospitales católicos de Barcelona a practicar abortos

Los hospitales de Sant Pau y de Sant Joan de Déu, en el punto de mira de los proabortistas

El Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona es uno de los más antiguos de España: su origen se remonta al año 1401, cuando se fundó el hospital de la Santa Cruz por la fusión de seis hospitales tras el shock demográfico y económico que supuso la peste negra. Su primera sede estaba en lo que hoy es el barrio del Raval, y desde 1902 ocupa un espectacular recinto modernista a tiro de piedra de la Sagrada Familia.

Hoy es un centro hospitalario de primer nivel, y uno de los más importantes de la ciudad. Aunque se sumó al sistema público de salud catalán en 1978, su vinculación con la Iglesia Católica siempre ha sido una de las señas de identidad de esta institución: también hoy, ya que el patronato está formado a partes iguales por representantes del Ayuntamiento, la Generalitat y el Capítulo de la Catedral de Barcelona.

Fue precisamente la presión de la Iglesia la que llevó a que, en 2012, el hospital dejase de realizar abortos instrumentales médicos, una práctica que sí había realizado desde el año 1985 en no nacidos de entre 12 y 22 semanas. Desde entonces y hasta hoy en día, Sant Pau se ha convertido en una rara avis en el sistema sanitario de la comunidad autónoma más abortista de España.

Según los datos hechos públicos hace unos días por el Ministerio de Sanidad, en Cataluña se llevaron a cabo 21.761 abortos en 2024, que son 586 más que el año anterior. Esta cifra supone el 20,5 % del total de abortos de España y sitúa a la comunidad en la cumbre del ranking nacional. Sanidad constata, además, que el 55,1 % de los abortos catalanes se realizaron en centros públicos.

Presión proabortista

En este contexto, la situación de Sant Pau se ha vuelto odiosa a ojos de los grupos de presión proabortistas catalanes. Este año, con motivo del 8-M, unas 300 personas se manifestaron con pañuelos verdes para protestar contra la objeción institucional de conciencia del hospital. «La religión y la moral no están por delante de nuestros derechos», decían en X.

No ha sido la única protesta en este sentido de los últimos meses: poco después, en abril, dos activistas irrumpieron en el desfile de moda de Custo durante la 080 Barcelona, la semana de la moda, que se celebraba en el recinto modernista de Sant Pau. Portaban una pancarta que advertía: «La Fundación Sant Pau no deja abortar, no seáis cómplices».

Proabortismo de guerrilla que esta semana, no obstante, se ha visto respaldado a nivel institucional, ya que el Parlament de Cataluña aprobó en el debate de política general una propuesta de resolución que reafirma la «obligación legal y competencial» de la Generalitat de que todas las mujeres puedan abortar en el sistema público, «incluyendo los hospitales del sistema sanitario integral de uso público de Cataluña (SISCAT)».

Un segundo caso

Este último punto es, precisamente, una referencia a Sant Pau, pero también al Hospital de Sant Joan de Déu, uno de los centros de referencia en todo el país en atención pediátrica, donde se vive una situación similar. En este caso, está gestionado por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, una congregación fundada en 1572, y son tajantes: «Somos un hospital religioso y no hacemos abortos», declaraban a betevé en 2021.

Hospital Sant Joan de Déu, Barcelona

El hospital Sant Joan de Déu, en BarcelonaJordi Ferrer vía Wikimedia Commons

La propuesta –en la que se incluye la petición al gobierno catalán de «blindar el derecho al aborto» en el Estatuto de Autonomía– salió adelante en el Parlament con los votos a favor de los partidos de izquierdas y las fuerzas nacionalistas. En concreto, del PSC, ERC, los Comunes y la CUP. Junts primero se abstuvo, pero luego pidió que constara en acta que había sido una equivocación, y que querían votar a favor.

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