Imagen del chalet okupado por magrebíes en Tavernes de la Valldigna, Valencia
«Varias bandas rivales de magrebíes se disputan mi casa okupada»
Para el Gobierno que preside Pedro Sánchez, la okupación no es un problema como tal en España y muestra de ello es que las veces que al líder socialista o a sus ministros se les pregunta al respecto tienden a desmerecer la trascendencia de los hechos pese a que no son pocos los casos que se dan a lo largo del año y que detrás de estos hay personas que sufren. Por si fuera poco, si ya es dramático vivir un episodio de estos en primera persona, si la circunstancia se prolonga en el tiempo y se agrava en las formas, el calvario es todavía mayor.
Una de estas personas afectadas es Pilar. Con ella habló semanas atrás El Debate para conocer la okupación de su casa de vacaciones frente a la playa de La Goleta en la localidad valenciana de Tavernes de la Valldigna por parte de un grupo de siete u ocho magrebíes «aparentemente menores de edad».
Durante la conversación, la víctima denunció que los moradores ilegales habían cambiado los bombines de las dos puertas de la vivienda, habían roto una ventana y habían restos de porros y botellas de alcohol. Cuando lo puso en conocimiento de la Policía, los agentes le dijeron que los asaltantes «tenían sus derechos», lo que a Pilar le provocó una gran estupefacción.
«Broncas en la calle»
Lejos de que su drama se termine en el corto plazo y pase a ser una pesadilla resuelta, narra el contexto actual de su domicilio vacacional: «Mis vecinos me dicen que varias bandas rivales de magrebíes se disputan mi casa okupada», asegura a este periódico. Señala también que, además de vivir en una vivienda ajena, el ambiente que estos okupas han llevado al barrio no es, precisamente, el mejor para armar una convivencia mínimamente normal: «Mis vecinos me cuentan que no paran de haber broncas en la calle».
Imagen del estado de una de las puertas de la casa okupada en Tavernes de la Valldigna, Valencia
Con todo este trágico y nada deseable panorama como telón de fondo, la víctima relata a El Debate que el clima entre los conciudadanos de Tavernes de la Valldigna a colación de la ocupación es de «indignación», a la par que denuncia la «inacción» del equipo de gobierno del Ayuntamiento, es decir, un tripartito de izquierdas conformado por el PSPV-PSOE, Compromís y Esquerra Unida del País Valencià: «Los vecinos estamos escribiendo para dejar constancia», subraya Pilar.
Tan considerable es su cabreo, que en la mencionada conversación de días atrás, mencionó su estupor cuando los agentes de policía que acudieron al domicilio okupado le indicaron que la versión de los magrebíes que allí estaban era que llevaban en la vivienda de Pilar alrededor de tres meses. No obstante, la afectada tacha esa coartada de «imposible».
«Nosotros, sin ir más lejos, habíamos estado en San Juan y mi hija había estado recientemente pasando una noche. Mis vecinos saben que esa gente no lleva ese tiempo que dicen en mi casa. Nosotros vamos de forma asidua a nuestro adosado y la Policía sabía de la denuncia por robo y por haber entrado de forma ilegal el fin de semana previo»», explicó, recordando que la familia había sufrido con anterioridad otros intentos de entrar en la casa.
Por tanto, Pilar y los suyos están teniendo unas vacaciones de verano totalmente para olvidar, ya que no pueden acceder a su propio domicilio. Ilegalmente y como contraste, los actuales habitantes, según describió la víctima aludiendo a lo que le contaban sus vecinos, los okupas hubo un día en que «tenían una fiesta montada con un grupo de niñas jóvenes». «En mi propia casa. Serían unos 15 en total, pero es que yo no puedo ni acercarme», asegura, ya que le pueden denunciar por «coacciones».