La Universidad de Alicante alberga un acto contra la enseñanza en español con una entidad subvencionada por Illa

Una de las bazas retóricas del Gobierno que preside Pedro Sánchez en relación a Cataluña a la hora de intentar justificar las no pocas y nada desdeñables cesiones a los diferentes partidos independentistas consisten en que tanto la política que están llevando a cabo tanto el Ejecutivo central como el presidente de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, están provocado la «normalización» y la «pacificación» de la vida social e institucional en esa región.

Sin embargo, ese marco mental consistente en que gracias a los dos mandatarios socialistas el suflé secesionista ha quedado prácticamente reducido a la nada y que el Gabinete autonómico ha dejado a un lado hasta el más mínimo interés anexionista dentro de los irreales 'países catalanes' respetando las libertad lingüística y territorial de la Comunidad Valenciana e Islas Baleares no aguanta el peso de los propios hechos.

El último ejemplo de toda una retahíla de agravios se dio este mismo jueves en la Universidad de Alicante. En la Sala Rafael Altamira del centro, la asociación rupturista Escola Valenciana organizó un acto de inicio de curso a través de su 'filial' en la comarca de L’Alacantí, La Cívica, titulado Valencià a l’aula, valencià a la vida. Matricular en valencià és educar amb futur. La denuncia llegó a través de Hablamos Español, la organización que vela por el derecho a expresarse con libertad en castellano y batalla contra la imposición lingüística.

Contra la ley educativa de Mazón

La presencia de la citada organización no es ni mucho menos anecdótica, puesto que es uno de los colectivos más combativos en lo que a asunción y promoción de los postulados nacionalistas se refiere, siendo firme defensora de que idiomática, cultural y territorialmente la Comunidad Valenciana ha de ser una simple colonia de Cataluña, que actuaría a modo de metrópoli, además de que, en consonancia, el español no ha de ser ni residual en el ámbito educativo.

En cuanto al mencionado evento, contó con la presencia de tres ponentes que, naturalmente, comulgan con las ideas independentistas (entre ellos la presidenta de Escola Valenciana, Rosanna Martínez Ferrándiz), todo ello enmarcado dentro del programa Ens plantem pel valencià!, una iniciativa que rechaza de plano la política lingüística del Gobierno liderado por Carlos Mazón y ayuntamientos gobernados por el PP y que, entre otros resultados, ha devuelto la libertad de elección de idioma en las aulas o los topónimos de ciudades como Castellón o Valencia tanto en valenciano como en castellano.

Para este acto y otros de naturaleza similar, el colectivo viene contando con la colaboración económica de la Generalitat de Cataluña, bien esté esta en manos de secesionistas orgullosos de proclamarse así como Quim Torra o Pere Aragonès, o bien la gobierne un supuesto moderado como Illa. El resultado es el mismo con Junts per Catalunya, Esquerra Republicana de Catalunya o el PSOE: los satélites que pretenden diluir las señas de identidad valencianas y eliminarlas en favor de una Cataluña en posición de dominación tienen y mantienen el apoyo institucional mediante el que se hace un apoyo a un relato que desprecia a cinco millones de valencianos utilizando para ello fondos públicos.

La misma página web de Escola Valenciana muestra que cuentan con la «colaboración» del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, la Diputación de Barcelona y del Ministerio de Cultura. En este sentido, El Debate informó días atrás que Illa aprovechó las vacaciones de verano para colar subvenciones a entidades anexionistas que fomentan los 'países catalanes'. En lo tocante a Escola Valenciana, recibió 100.000 euros dentro del «programa general de promoción del catalán en la enseñanza y el uso social 2025»

Silencio de Diana Morant

Esa cantidad es exactamente la misma que se le otorgó por el Ministerio, a cuyo cargo está el catalán Ernest Urtasun, el pasado 31 de julio de 2024 mediante el Real Decreto 761/2024 y del que este periódico también dio cuenta de su contenido. Así, se expuso que el Gobierno de Sánchez no solo dio 100.000 euros a Escola Valenciana, sino 200.000 a Acció Cultural del País Valencià (ACPV) y 30.000 tanto a la Federació d’Instituts Comarcals del País Valencià como a Societat Coral El Micalet, así como 20.000 a la Fundación Sambori. Todos ellos, ramas de un mismo tronco: el catalanismo.

Finalmente, resulta llamativo el silencio atronador de Diana Morant, tanto en su rol de ministra de Ciencia, Innovación y Universidades en el de secretaria general del PSPV-PSOE y, por ende, candidata a la presidencia de la Generalitat Valenciana por parte de los socialistas. En cualquiera de esos dos papeles que se empecina en compaginar sin demasiado éxito en ninguno de los dos, su conocimiento sobre lo que sus colegas (de Consejo de Ministros o de partido) hacen y quieren hacer con la tierra que aspira a gobernar es total y absoluto.