Imagen de Juanfran Pérez Llorca

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El dilema de Vox en Valencia: apoyar a Pérez Llorca como sucesor de Mazón o regalar a la izquierda unas elecciones

Vox se enfrenta al dilema de apoyar a Juanfran Pérez Llorca como sucesor de Carlos Mazón como presidente de la Generalitat o regalarle a la izquierdas unas elecciones anticipadas en la Comunidad Valenciana.

La formación que lidera Santiago Abascal tiene en sus manos la posibilidad de mantener un Gobierno del centro derecha en la Generalitat. Para ello, el contador se ha puesto en marcha este martes. Conforme avanzó El Debate, las dirección nacional y la autonómica del PP acordaron presentar a la investidura como nuevo presidente de la Generalitat a su actual portavoz parlamentario, Juanfran Pérez Llorca. Para ello, cuentan con cuarenta diputados en las Cortes Valencianas, por lo que para sacar adelante el nombramiento necesitan de los votos de los trece parlamentarios de Vox.

La legislatura ha estado marcada por los acuerdos y los desencuentros entre el partido de Alberto Núñez Feijóo y el de Abascal. Tras las elecciones autonómicas, Vox brindó el apoyo a Mazón para ser presidente y entró en el Gobierno regional. En el verano de 2024, Abascal ordenó la salida de sus integrantes en el Ejecutivo autonómico y los populares pasaron a gobernar en minoría. Sin embargo, el pacto entre las dos formaciones se mantuvo de facto en las Cortes Valencianas, hasta el punto de que ambos aprobaron los Presupuestos de la Generalitat para este año.

La dimisión de Mazón sitúa a Vox en una encrucijada. Mientras Abascal estaba ya volcado en las elecciones extremeñas del 21 de diciembre, ahora tiene en su mano hacer saltar por los aires la actual mayoría parlamentaria y forzar unos comicios en la Comunidad Valenciana, tal y como reclaman el PSPV-PSOE de la ministra Diana Morant y los nacionalistas de Compromís.

Las encuestas y el atajo que busca el PSOE

Vox corre el riesgo de brindarle a la izquierda la oportunidad de recuperar la Generalitat Valenciana si fuerza el adelanto electoral. Por el contrario, si respalda a Pérez Llorca aseguraría un Gobierno del centro derecha hasta el 30 de mayo de 2027.

Vox tiene todavía margen para la negociación con el PP, pero si no pacta la investidura de Pérez Llorca habría elecciones el 22 de marzo del próximo año, catorce meses antes de lo previsto, y la izquierda -que no ha asumido ni una sola responsabilidad por la dana que provocó 229 muertos el pasado año en Valencia- tendría la baza de rentabilizar su campaña al hilo de la catástrofe meteorológica.

Las últimas encuestas electorales suponen un caramelo envenado para Vox. Si bien es cierto que logra captar los votos que pierde el PP, la suma entre ambas formaciones se sitúa ligeramente por encima de los cincuenta escaños que otorgan la mayoría en las Cortes Valencianas.

Una ventaja en los sondeos que podría resultar insuficiente en un contexto de movilización de la izquierda, que busca unas elecciones y que a las horas de la dimisión de Mazón ya estaba de nuevo en las calles reclamando más salidas tras haber hallado en la tragedia de la dana el atajo para recuperar el poder en la Generalitat Valenciana.

Al respecto, los ministros de Pedro Sánchez, con la valenciana Morant a la cabeza, han salido en tromba para pedir elecciones anticipadas.

En paralelo, ajenos a estas peticiones, Feijóo y Abascal ya han entablado los contactos para evitar una cita con las urnas y lograr un acuerdo en torno a la figura de Pérez Llorca.

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