CRÓNICAS SABÁTICASAlberto Caparrós

El dilema de los trece peones de Abascal en Valencia

Vox juega su particular partida de ajedrez con el riesgo de dar jaque mate a un Gobierno de centro derecha y brindar la oportunidad soñada por el PSOE y Compromís en vez de apoyar un Ejecutivo del PP y unos Presupuestos para la reconstrucción

Act. 08 nov. 2025 - 07:33

Santiago Abascal se enfrenta a un serio dilema. Desde la atalaya de la madrileña calle Bambú ha ordenado que un diputado catalán como Ignacio Garriga pilote las negociaciones para garantizar la continuidad de un Gobierno de centro derecha en la Comunidad Valenciana, donde aguardan instrucciones sus tres peones en el Parlamento autonómico.

Vox juega su particular partida de ajedrez, en la que amaga con dar jaque mate al Gobierno del Partido Popular. Una estrategia que entraña no pocos riesgos. Por lo pronto, brindaría a la izquierda la oportunidad soñada para encontrar un atajo, en forma de elecciones anticipadas, para recuperar el poder perdido en la Generalitat.

Dicho de otra forma. A Vox no le queda más salida que facilitar la investidura de Juanfran Pérez Llorca como nuevo presidente de la Comunidad Valenciana. Lo contrario sería alinearse con los socialistas y los nacionalistas de Compromís, quienes además de jugar sus bazas en las urnas buscan visibilizar el auge de Vox en las urnas y apuntalar el discurso del «miedo a la extrema derecha».

Vox es, a día de hoy, la formación con menos diputados en las Cortes Valencianas. Sin embargo, la aritmética parlamentaria les concede la llave de la gobernabilidad. Como a Puigdemont y sus siete escaños en el Congreso.

Abascal tratará de vender como un triunfo ante su electorado supuestas concesiones del PP en materia de inmigración ilegal y medio ambiente. Nada nuevo bajo el sol. Populares y voxistas van de la mano desde la misma noche de las elecciones autonómicas de mayo de 2023 porque ese y no otro fue el mandato de los valencianos tras pasar por las urnas.

En este caso, además, concurre la circunstancia de que una catastrófica dana segó hace un año la vida de 229 y arrasó buena parte de la provincia de Valencia, cuya reconstrucción no entiende de cálculos políticos ni de tacticismos electorales.

En este contexto, a Abascal no le quedará más remedio que firmar las tablas, y gracias, con un PP que cuenta con cuarenta peones frente a los trece de Vox, con un acuerdo para la investidura del presidente de la Generalitat propuesto por el partido más votado de largo por los valencianos que incluya un pacto para unos Presupuestos de 2026 a la altura que se merecen los damnificados por la riada.

Cualquier otra cosa supondrá un triunfo para Diana Morant (o tal vez para Pilar Bernabé si como se especula en Madrid acaba siendo nombrada como ministra por Pedro Sánchez) y Joan Baldoví, sea cual sea después el resultado de unas elecciones que sólo quiere la izquierda.

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