Imagen del Concurso Internacional de Fideuà y Gastronomía de Gandía, Valencia
La mejor fideuá del mundo se prepara en Valencia: así es la receta del restaurante ganador
Un chef de la capital del Turia se alza con el galardón en la 50ª edición del certamen
La Comunidad Valenciana es sinónimo de tradición culinaria y memoria mediterránea. Su cocina, profundamente ligada a la huerta, al mar y al fuego, ha dado forma a algunos de los platos más reconocidos del país. El arroz, venerado en todo el territorio, se ha convertido en emblema universal gracias a la paella, un símbolo que nació aquí y que ha llevado el sabor valenciano a las mesas del mundo. Sin embargo, en un paisaje dominado por los arroces, existe otro plato que ha seguido un camino propio hasta convertirse en referente: la fideuá. Originaria de Gandía, esta preparación marinera ha logrado cruzar fronteras y consolidarse como una receta imprescindible dentro y fuera de España.
La tradición sitúa el nacimiento de la fideuá a principios del siglo XX, cuando unos pescadores, en plena faena marítima, improvisaron una alternativa al arroz que se les había agotado. Optaron por los fideos finos para recrear la estructura de la paella marinera, y de aquel gesto espontáneo surgió un plato que hoy encarna la esencia de la cocina costera valenciana. Su sabor profundo procede del mar, de pescados frescos, moluscos y mariscos se funden con un sofrito intenso, y no es raro que adopte tonalidades oscuras cuando se añade tinta de calamar. Suele coronarse con un alioli casero que potencia cada matiz y aporta ese toque inconfundible que remata una buena fideuá.
Gandía, orgullosa de ser la cuna de esta receta, celebra cada año un concurso internacional dedicado a descubrir cuál es la mejor fideuá del planeta. El pasado mes de junio, la ciudad volvió a convertirse en epicentro mundial del sabor con la celebración de la 50ª edición del certamen, reuniendo en el Moll dels Borja a 35 restaurantes llegados de puntos tan diversos como Japón, Italia, Francia o Australia. Entre ellos se impuso un restaurante valenciano que ha elevado la tradición a la excelencia: EnBoga, situado en la avenida de Aragón de la capital del Turia, que ha sido declarado ganador del Concurso Internacional de Fideuà de Gandia y reconocido, por tanto, como autor de la mejor fideuá del mundo.
Al frente del equipo de EnBoga, el chef Rafa Brandez defendió una preparación impecable que les llevó a conquistar el prestigioso Collar de Santa Isabel, el máximo galardón de la competición. El restaurante, especializado en cocina valenciana honesta y centrada en el producto, reivindica el sabor sin artificios y la técnica precisa como pilares de su propuesta gastronómica. Sus fideuás, una versión negra con chipirones y ajos tiernos y un rossejat de fideo fino inspirado en la tradición de Ca Sento, se han convertido en auténticos reclamos, elaboradas con fideos ligeramente tostados que aportan un punto crujiente distintivo.
Estos platos oscilan entre los 19 y los 21 euros, con un mínimo de dos raciones, y conviven en la carta con una selección de arroces preparados a fuego lento, como la paella valenciana, el arroz del senyoret o el arroz de bogavante. El restaurante amplía su oferta con tapas clásicas de la gastronomía local, como el esgarraet, croquetas de gamba roja, alcachofas con trufa y alioli, además de mariscos, pescados y carnes cuidadosamente seleccionados. Todo ello configura una experiencia gastronómica cuyo precio medio por comensal se sitúa entre los 40 y 50 euros.
El éxito de EnBoga no ha eclipsado el talento del resto de participantes. El segundo premio fue para el restaurante Nàutic de Oliva, mientras que el tercero recayó en la Gastro Arrocería Atlantis de Santa Cruz de Tenerife. El reconocimiento al mejor postre de naranja correspondió al chef Max Saint Martin, representante de las Antillas Francesas; el galardón a la mejor escuela de cocina fue para el CDT Alicante; y el premio al mejor concursante internacional viajó hasta Japón gracias al restaurante Juguem.
Con cada edición, Gandía confirma que la fideuá no es solo un plato, sino un legado vivo que evoluciona sin perder su raíz marinera. Y este año, Valencia celebra que la mejor versión del mundo se cocina dentro de sus fronteras, en un restaurante que honra la tradición y la lleva, con técnica y corazón, a la categoría de arte culinario.