La portavoz del PSOE en Alicante, acusa al PP y a Vox de ser «hijos del franquismo»

La portavoz del PSOE en Alicante, hija y sobrina de franquistas, Ana Barceló

La portavoz del PSOE en Alicante hija y sobrina de franquistas que acusa al PP y a Vox de ser «hijos del franquismo»

Lo que debía ser un pleno rutinario para aprobar una modificación presupuestaria en el Ayuntamiento de Alicante acabó convertido en un episodio incómodo para la portavoz socialista Ana Barceló. Entre reproches cruzados y acusaciones de oportunismo político, la edil cargó contra PP y Vox tildándolos de «hijos de la dictadura», una expresión que, pronunciada con la voz al límite, terminó abriendo una puerta que ella había mantenido bien cerrada: el papel de su propia familia dentro del franquismo.

Un pasado que no había salido a la luz y que ahora vuelve con fuerza, acompañado de documentos oficiales que retratan a sus antepasados en plena adhesión al régimen.

La tensión surgió cuando el edil de Vox, Mario Ortolá, afeó al PSOE su desconexión con la ciudadanía y la ausencia constante de sus concejales en la calle. Entre acusaciones de falta de iniciativa y pronósticos de un futuro «negro» para el partido, Barceló reaccionó sin dilación. Les atribuyó haber sostenido al Gobierno autonómico de Carlos Mazón y responsabilizó al expresidente valenciano de las víctimas de la dana. Acto seguido, estalló: «Son hijos de la dictadura, son hijos del franquismo y son hijos de un dictador».

Sax y los silencios que regresan

La contundencia de la acusación no tardó en chocar con un dato que muchos desconocían. Mientras Barceló acusaba a sus adversarios de ser herederos de la dictadura, su apellido volvía a aparecer en los archivos municipales de Sax, donde su padre y su tío ocuparon la Alcaldía durante el franquismo.

Texto del alcalde franquista de Sax, Joaquín Barceló, padre de la socialista Ana Barceló

Texto del alcalde franquista de Sax, Joaquín Barceló, tío de la socialista Ana BarcelóCarlos Flores, vía red social X

Luis Barceló Verdú dirigió el Ayuntamiento entre 1950 y 1958. Su hermano, Joaquín Barceló, hizo lo propio entre 1966 y 1970. Ambos fueron designados por el régimen y ambos dejaron escritos que no admiten dudas sobre su filiación política. En los libros de fiestas de los años cincuenta, firmados por su familiar, se leen frases como «Viva Sax, Viva Franco, Arriba España», junto a elogios al «Nuevo Estado» y referencias a la Falange, que encabezaba, según él, «una de las páginas más hermosas» de la historia local.

Todo ello dibuja un paisaje familiar que nada tiene que ver con el discurso que Barceló lanzó en el pleno. Y añade un matiz inevitable: mientras la edil hablaba de herencias políticas ajenas, la suya propia, cuidadosamente oculta durante años, regresaba para reclamar protagonismo.

Un contraste difícil de sostener

La contradicción entre sus palabras y su biografía familiar ha marcado el debate posterior. No solo por el contenido de su ataque, sino por el hecho de que ella misma dejó caer que no guarda el mejor recuerdo de quienes ostentaban el poder local en aquellos años. Una broma amarga que dejó entrever que, si alguien pudo sufrir el rigor de los Barceló franquistas, quizá fue la propia Barceló socialista.

Ese desliz retórico acabó reforzando la paradoja. Porque mientras exigía a PP y Vox asumir su supuesta herencia ideológica, las proclamas firmadas por su padre y su tío, tan explícitas como «Viva Franco, arriba España», regresaban desde los archivos para recordarle que la genealogía política rara vez es tan simple como se pretende en un debate tan encendido como el que suele poner la izquierda en el candelero.

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