Pilar con su abogado en las puertas del Juzgado
Tras cinco años de espera
Pilar se queda sin recuperar su piso okupado por una marroquí: la funcionaria se va por un retraso del cerrajero
La propietaria se ha tenido que enfrentar, entre otras cosas, al embargo de parte de su pensión por las deudas de su okupa y a la petición de 10.000 euros para abandonar la casa
Actualización: Pilar ya tiene nueva fecha para recuperar su casa okupada por una marroquí: «Espero que esta vez sí sea
Cinco años han pasado desde que Pilar lleva con su piso okupado por su inquilina. Este miércoles, se levantaba nerviosa pero con ánimo: hoy recuperaría su piso.
A pesar de que una sentencia del juez había establecido el desahucio a la inquiokupa y que sería a las 10 de la mañana cuando se le debía presentar la orden para ejercerlo, nadie abrió la puerta.
Al no conseguir entrar a la vivienda se procedió a llamar al cerrajero pero 10 minutos más tarde, no aparecía. Eso hizo que la gestora que iba a presentar el lanzamiento se marchase a pesar de la insistencia de Xaime da Pena, abogado de Pilar, la funcionaria se marchó.
«Es como si me hubiesen dado una paliza», declaró Pilar ante los medios de comunicación. Este mismo martes, en conversación con El Debate, la propietaria confesaba su nerviosismo ante el día que recuperaría, por fin, su casa después de tantos años. Finalmente, este miércoles tampoco podrá hacerlo.
«No pasa nunca»
Xaime da Pena, en conversación con este medio, ha asegurado que no se trata de algo normal. «Esto no pasa nunca. El retraso no ha sido de un abogado sino de un cerrajero», ha apuntado.
Preguntado por cuáles serán los siguientes pasos, el abogado asegura que pedirán un nuevo alzamiento para intentar recuperar el piso lo antes posible: «Ojalá sea antes de agosto pero seguramente quede para septiembre», ha lamentado.
Una historia de injusticia
La historia de Pilar refleja una auténtica injusticia. Años sin poder acceder a su vivienda y sin cobrar por el alquiler. Un piso en el centro de La Coruña que alquiló, en su momento, por algo más de 350 euros. Su inquilina dejó de pagar poco después de que el marido de la propietaria falleciese.
Una orden que paralizaba el desahucio de la okupa supuso el obstáculo más grande de toda esta historia. Entre medias, ni las ofertas de alternativas habitacionales ni de trabajo convencieron a la okupa, de origen marroquí, para devolver a Pilar lo que es suyo. En El Debate hemos publicado paso a paso todo lo que la propietaria ha tenido que luchar.
Entre otras cosas, se ha tenido que enfrentar al embargo de su pensión por deudas de la okupa y a la petición de 10.000 euros por parte de la inquilina para abandonar la casa.
Por el momento, Pilar no ha podido poner cierre a este capítulo de su vida que considera, como no podía ser de otro modo, una auténtica pesadilla.