José María Bellido, alcalde de Córdoba, durante la entrevista en El Debate

José María Bellido, alcalde de Córdoba, durante la entrevista en El DebatePaula Argüelles

Barómetro

El PP obtendría la mayoría absoluta en las municipales

José María Bellido rozaría el 50% de los votos, mientras que el resto de partidos los perdería, a excepción del PSOE

El PP podría ganar no solo las elecciones municipales en la capital cordobesa el próximo 28 de mayo, sino que lo haría con mayoría absoluta. Así lo dictamina el Estudio Opinión Pública Capitales Andaluzas publicado por el Centro de Estudios Andaluces (Centra), que deja como principal titular que los populares ganarían los en las ocho capitales de provincia andaluzas.
En el caso de la capital cordobesa, el actual alcalde José María Bellido casi doblaría el número de concejales, pasando de los 9 de 2019 a los 15-16, que otorgaría al PP la mayoría absoluta en el Consistorio con un 48% de los votos, un 18,2% más que en las anteriores elecciones.

El PSOE, a 20 puntos

Una victoria contundente la que pronostica el Centra, a la que solo resistiría el PSOE, eso sí, a una distancia sideral del PP, ya que obtendría el 27,4% de los votos, equivalentes a 8-9 concejales, lo que es un 0,5% más que en 2019. IU y Podemos (aquí el Centra los cuenta por separado, ya que concurrirán bajo la marca ‘Hacemos Córdoba) perderían votos. IU se quedaría con un 5,9% (un -4,8%), lo que le daría 1 o 2 ediles. Podemos 0 o 1 concejal, con un 4,7% de los votos, -1,4%.
Por su parte, Vox también cae considerablemente, -1,8%, quedándose en un 6,2%. Aun así le valdría para mantener 2 concejales; mientras que Cs perdería un 11% de los sufragios, para sumar un 4,2% que lo dejaría sin concejales.

Alternancia y alternativa serias

El titular ya se conoce: el Partido Popular ganaría en todas las capitales andaluzas, lo que refrenda el resultado de las pasadas autonómicas y la tendencia nacional, con un PSOE/Sánchez bastante desgastado y con un PP que vuelve a presentarse como alternancia y alternativa serias, y sin estridencias ideológicas. Sobre el peso que Juanma Moreno y ‘su PP’ pueda tener en esa intención de voto casi que no cabría duda porque con los populares en la Junta de Andalucía la comunidad autónoma está viviendo un momento dulce a pesar de las distintas crisis habidas y sobrevenidas, y eso el votante lo agradece. La incertidumbre es mala compañera de urnas. Que en Andalucía así mismo puedan repercutir de manera especial los amores de Sánchez con los separatistas y con sus nuevos protegidos – los políticos desviantes de fondos- es algo también factible en una comunidad en la que España y lo español duele cuando es atacado. Y que ha padecido la corrupción socialista.

Gestión

Pero el resultado que esa encuesta de intención de voto da a los populares en Córdoba, con una posible mayoría absoluta (15-16 concejales), además de por lo anteriormente expuesto, tiene mucho que ver con una gestión que ha sabido desatrancar temas largamente enquistados, estar espabilada para traerse la Base Logística, y un liderazgo, el de Bellido, que ha sido y es una un perfecta rúbrica a todo eso y a todo lo hecho de la mano de Ciudadanos, que han estado ahí para, según los sondeos apuntan, desaparecer en la cita de mayo como hicieron en las andaluzas, lamentablemente. Unos naranjas que también han sido un quebradero de cabeza para la coalición de gobierno y que indirectamente dejan el caramelo envenenado del ‘Caso Infraestructuras’ como uno de los imponderables que pueden torcer parte de esa intención de voto que hoy los populares celebran.
No obstante, Bellido tiene motivos para creerse esa estimación no solo por méritos propios sino por deméritos del adversario, y en su caso, el más directo y perjudicial para su cuota de mercado( desaparecidos ya Ciudadanos) como es Vox. La formación de Abascal en Córdoba ha optado por una desconocida como cabeza de lista que puede suponer un coste en el resultado final. Más allá de que volvamos a ver convocados en puestos destacados de la papeleta a los concejales que se han batido el cobre en este mandato, Vox ha dado una extraña impresión de ser lo contrario a lo que generalmente proclama: si sólo quedan ellos, queda un partido más, donde no solo no cuentan las bases sino que es Madrid quien decide todo. Y eso a un cordobés es posible que no le guste. Resulta cuando menos sorprendente que, además, en su primera comparecencia pública ante los medios de comunicación, la candidata solo interviniera cinco minutos y emplease tres de ellos para invitar a los afiliados a viajar a Murcia a conocer el resto de candidatos nacionales. Nada de diagnósticos, posibles mejoras, propuestas de actuación concretas y futuras líneas programáticas, como sí viene haciendo el socialista, Antonio Hurtado, desde que fuera elegido (por los socialistas cordobeses) candidato a la alcaldía.
Si el PSOE resiste y mantiene los concejales en esa encuesta es precisamente porque han sabido poner a un candidato conocido, con experiencia dilatada, y que saber jugar todas las cartas, incluso cuando las corrientes internas y los liderazgos cambian en su formación. Solo le falla el mensaje previo a la campaña: decir que Bellido no ha hecho nada supone apelar a la memoria inmediata del votante cordobés que recuerda que si alguien no hizo nada en el mandato anterior fue su compañera Ambrosio. Aunque el precio lo acabara pagando, después y seguramente en mayo, la izquierda más pata negra que abrazó al oso hace cuatro años.

La encuesta y Córdoba

Las encuestas son fotos fijas de un estado de ánimo en un momento determinado. La estimación de voto de cara a las municipales que ayer publicó el Centro de Estudios Andaluces, solo en las capitales de provincia andaluzas, reflejan una tendencia similar a las encuestas nacionales, que viven un frenético momento de forma ya que no hay semana en la que no se publiquen varios sondeos en diferentes medios de comunicación. En lo que respecta a Córdoba capital no parece que haya muchas sorpresas sobre lo que se intuye, algo que además viene salpimentado por las características propias de la capital con una izquierda sin candidatos ni líderes claros, salvo el PSOE, un partido fagocitado en el equipo de gobierno por el PP, como es Ciudadanos, y una formación Vox, que despista en su estrategia de elegir a una desconocida y con una quinta marcha metida en toda España para confeccionar listas y encontrar candidatos allá donde no tienen presencia. Es precisamente en las elecciones municipales donde se ve qué estructura posee un partido y qué capacidad de trabajo demuestra más allá de cuitas personales, corrientes familiares y arribistas descontrolados.
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