
Campo de cultivo de cereal.
La superficie de cereal en Córdoba sigue cayendo por su poca rentabilidad
Rafael Navas (Asaja): «El Gobierno español es anticampo, todo lo que aprueba va contra el agricultor»
La superficie dedicada al cereal en la campiña cordobesa disminuye año tras año, desplazada por cultivos más rentables como el olivar o el almendro. La causa principal, según denuncia Asaja Córdoba, es la falta de rentabilidad derivada del desplome de precios, el encarecimiento de los costes de producción y las políticas europeas y estatales que, lejos de aliviar la situación, la agravan. «Ahora mismo, una hectárea de cereal puede dejarle al agricultor 15, 20 o 30 euros. Con eso no se puede vivir», advierte Rafael Navas, secretario general de la organización agraria.
Asaja Córdoba ha participado esta semana en una concentración ante el Ministerio de Agricultura en Madrid para denunciar la «crítica situación» del cereal en España y exigir soluciones inmediatas. «Estamos viendo cómo cae la superficie cultivada, porque los agricultores se ven obligados a cambiar de cultivo para poder sobrevivir», explica Navas, que señala como principales factores la bajada del precio en origen –por debajo de los 200 euros por tonelada–, el encarecimiento de fertilizantes, maquinaria y energía, y una Política Agraria Común (PAC) que, a su juicio, ha reducido las ayudas y aumentado la burocracia.
El dirigente agrario también arremete contra las decisiones europeas y los acuerdos comerciales internacionales: «Siempre que hay que firmar un tratado, la agricultura es la moneda de cambio. Con Mercosur, con Ucrania o con cualquier otro. La solidaridad está muy bien, pero siempre se hace a costa del campo y de la cartera de los consumidores».
Además, denuncia la contradicción entre los bajos precios pagados al agricultor y los elevados costes que afronta el consumidor final: «Con precios similares a los de hace 30 años, el pan está muchísimo más caro. Aquí alguien se está poniendo las botas a costa de los agricultores y de los consumidores».
Navas alerta de que, más allá del impacto económico, el abandono del cereal conlleva también un perjuicio medioambiental grave: «Si se abandonan los cereales, desaparecerán las estepas cerealistas, con todo lo que eso implica en términos de biodiversidad».
Por último, el secretario general de Asaja Córdoba lanza una dura crítica a la política agraria estatal: «Tenemos un gobierno que es anticampo. Todo lo que toma son medidas contra el agricultor. Es un disparate tras otro, impuesto desde un dogmatismo ideológico que no tiene en cuenta la realidad del campo». Según avanza, la movilización de esta semana no será la última: el sector se plantea nuevas protestas si no se produce un giro en las políticas que afectan a la agricultura.
Placas solares frente a cultivos: «Estamos ante un disparate ecológico»
Navas distingue entre el uso voluntario y el forzado del suelo agrícola para estos fines: «Cuando un agricultor decide libremente instalar placas en su propiedad, respetando la normativa, no hay nada que decir. Pero otra cosa muy distinta es la expropiación de terrenos fértiles para que grandes fondos hagan negocio a costa de los profesionales del campo».
Desde Asaja reclaman un debate serio sobre la ubicación de estas infraestructuras y alertan de los riesgos de un modelo que, a su juicio, pone en peligro tanto la producción de alimentos como la sostenibilidad real del medio rural. «Estamos en un absoluto disparate ecológico mal entendido, que está haciendo daño al propio medioambiente», sentencia Navas, y recuerda otros errores históricos de la política energética: «Lo mismo que se demonizó la energía nuclear y ahora algunos ecologistas la defienden como verde, con esto pasará lo mismo dentro de unos años».