El semanario de la anormalidadPaco Ruiz

Devuélveme las llaves de la moto

«Pablo Motos aún está respirando aliviado del flirteo a que se vio sometido»

Actualizada 16:33

Cual de si Maduro (Nicolás) reencarnado se tratase, el Sanchismo populista ha salido a la calle a través de los canales de tv, radio, tik tok y similares, lanzando al líder, al carismático, al abnegado presidente desplegando todos sus encantos, en la absoluta confianza de que por eso de las distancias cortas (Pablo Motos aún está respirando aliviado del flirteo a que se vio sometido) en las que entienden que su caudillo arrasa, serán capaces de conseguir atraer a las urnas hasta a los votantes del PP, con la finalidad de votar la única opción posible que garantiza la democracia en España, las libertades públicas, el motor de la moto en la que nuestro país va subido, la igualdad de oportunidades, la defensa frente a la violencia machista, y hasta un bono para San Pedro, por eso de su sanchidad.
Pero mucho me temo que tanta aparición pública, en la que, al margen de los modelitos para cada ocasión, siempre repite lo mismo, no va a servir para otra cosa que el hastío de los que todavía no lo padecían, so pena del orgasmo intelectual de los cuatro tontos de siempre que les pongas lo que les pongas son capaces, como la granadina enamorada hasta las trancas de Brad Pitt, de escriturar a su nombre honor y hacienda.
Porque, vamos a ver, la democracia es un logro de todos los españoles. Bueno, más bien de nuestros padres y abuelos, que nos dejaron un legado que estamos obligados a cuidar. Lo de las libertades públicas, cuando han mantenido la llamada «ley mordaza» y la de seguridad ciudadana, hasta el punto de que al que se fuma un porro le cae la del pulpo en multas (a ellos supongo que ni una por aquello de «usted no sabe quien soy yo»), deja mucho que desear.
Lo de la moto en la que va subida nuestra economía suena a chiste, y de los malos, porque al margen de que el Estado ha recaudado más que nunca tanto por la inflación como por la subida de impuestos, cual sheriff merecedor de un Robin Hood al uso, el bolsillo de los españoles está más vacío que nunca, y aún más si usted, como yo, tiene una hipoteca a tipo variable, que en lo que va de año ha mermado, si no consumido, el bote de las vacaciones.
Irá bien para la banca que, como en el juego, siempre gana. Irá bien para una economía sumergida cada vez más creciente por eso de que el IVA y la seguridad social se lo ahorran (o mejor dicho, nos lo roban) frente a todos aquellos que tenemos controlado hasta el gasto en papel higiénico. E irá bien para toda la panda de inútiles enchufados que maman de la teta del Estado sin tener ni idea ni del puesto que ocupan ni de la responsabilidad que conlleva, consumidores habituales del chascarrillo fácil, el insulto recurrente y, cómo no, especialistas en el franquismo que ya empezó con los reyes católicos.
Esa misma moto es la que ha beneficiado a más de mil violadores, ha indultado a los golpistas catalanes en loor de la nueva santidad del régimen, la que beatifica al independentismo cateto de mochila y manda al purgatorio a los terroristas, mientras ataca la lengua española e intensifica el acoso y derribo de la familia, más aún si esa familia es cristiana.
Recuerdo llegados a este punto aquella canción ochentera que decía algo así como «..devuélveme las llaves de la moto, y quédate con todo lo demás…», y terminaba con un rotundo «¡ no necesito nada de ti!».
Al margen de que Chapote le vote, de lo que no albergaría duda alguna, tengo la sensación de que el batacazo será de los que hacen historia. Puede que me equivoque. Jamás he sido oráculo de nada. Pero el sentido común me dice que hay hartazgo, incluso en las filas socialistas (que no sanchistas), a estos modos de manejar la res pública, a esta chulería constante frente a todo lo que no huela al régimen, y al incesante monólogo de mentiras, que no de rectificaciones, al que nos lleva sometiendo durante estos cinco años.
Y eso que habrá que ir a votar sin casco so pena de derretirse en el intento.
Pese a ello, lo dicho, devuélvanos las llaves de la moto, que ya vendrán otros a cambiar el motor.
PD: Bajo tus alas protégenos, San Rafael.
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