La III Guerra Mundial comenzó hace diez años
No es el hombre, sino, al contrario, la abundancia, la sobra de energías, la que suscita la guerra”
Aún recuerdo esos días del verano de 2015 donde rara era la vez en que la portada de uno de los más famosos diarios económicos del país no abría con algo relacionado con tensiones comerciales (por no llamarlo guerra) entre el que por aquel entonces era el chico aplicado de la clase «que no hacía ruido», oséase China, comenzaba a hacer frente y, de qué manera, al super alumno perfecto al que nadie tosía, y que no era otro que Estados Unidos.
Esa época, además, coincidió con el ambicioso y costoso programa de emisión de deuda denominado el QE «Quantitative Easing» o «Expansión Cuantitativa» que preparaba un caldo de cultivo muy peligroso y que sin duda, a día de hoy, pagamos la factura del mismo ya que nuestra economía tiene una moneda que cada vez tiene menos valor y desde el año 2002 ha perdido prácticamente el 50% de su poder adquisitivo y, por si fuese poco, todo ello sumado a una inflación que desde hace diez años ha acumulado un crecimiento del 28,1%, un absoluto robo a mano armada acompañado de una pérdida de libertad delirante. Ahora bien, ¿realmente siguen pensando que la “guerra está por venir? ¿De verdad?
¿Cómo hemos llegado a la situación actual? se preguntarán. Pues bien, las tensiones y conflictos comerciales que comenzaron hace ya diez años, entre el coloso americano y el gigante asiático sirvieron de precedente para que el orden mundial cambiara su tendencia hacia un comercio mucho más restrictivo y lleno de políticas arancelarias de unos países con otros y que, lejos de beneficiar a la población, aunque sus dirigentes políticos en sus discursos gritaban defender, han conseguido el objetivo contrario que no ha sido otro que endeudar (impresión monetaria), empobrecer (inflación), someter (más Estado) y condenar (menos libertad con más regulación y burocracia) a sus ciudadanos a vidas de peor calidad.
Ya en 2016 ganó las elecciones Donald Trump en EEUU y sabemos que tendencia comenzó con sus políticas comerciales y por supuesto, lo que ello supuso. Dos años más tarde, en 2018, salió a escena el concepto «Guerra Comercial» ya que los tira y afloja que tuvieron EUU y China fueron descomunales y por descontado esos conflictos resultaron muy dañinos para la economía mundial, afectando a países emergentes como Brasil o India en lo que se refiere, sobre todo, a materias primas.
Más adelante, la pandemia trajo consigo el flagrante hundimiento del precio del petróleo y del gas que comenzó, de la mano de países como Arabia Saudí, Irán o Rusia, una serie de «incidentes» para manipular la oferta y la demanda de petróleo y de gas mundial a su antojo según sus intereses que hizo que el precio del combustible o la luz se disparara y que aún, hoy en día aún no hemos conseguido llegar al precio prepandemia, la inflación ha sido auténticamente devastadora. No olviden que utilizar el Estrecho de Ormuz como rehén económico, como arma arrojadiza y como chantaje es una historia que no es nueva: allá por 2021 y 2022 ya se utilizó con fines económicos ya que era y es un enclave imprescindible para el desarrollo del comercio mundial y, sobre todo, de China.
Podría seguir enumerando la infinidad de «bombas» que hay alrededor de cada pieza en este tablero de ajedrez de la geopolítica y economía mundial. Cada pieza representa a uno de los países que a su vez tienen marcadas unas líneas rojas por terceros que les impiden avanzar sin generar un conflicto directo o indirecto y que hace imposible el desarrollo económico mundial con normalidad y digo con normalidad porque, aunque hay desarrollo, que lo hay, se está consiguiendo a costa de hacer más fuertes a los Estados de los diferentes países y mermando en todos los sentidos la capacidad y libertad de todos los ciudadanos del mundo. ¿Guerra? Obviamente, es preferible a morir en combate no tener acceso a una vivienda, es preferible a morir en combate que tu salario lleve estancado dos décadas, es preferible a morir en combate destinar coactivamente el 50% de tus ingresos al gestor más manirroto e ineficiente que ha existido jamás… Por supuesto que es preferible, pero… ¿No lo ven violento? ¿No lo ven grave? Como decía, la guerra comenzó hace una década y si no, dejen que los datos se lo cuenten…