Pentecostés

PentecostésEl Greco

Carta pastoral

La renovación que llega con Pentecostés

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, señala que «la fiesta de Pentecostés es como la cumbre suprema del año litúrgico»

La carta pastoral de esta semana escrita por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, está dedicada, como no puede ser de otra manera, a la fiesta de Pentecostés, «fruto de la Pascua de resurrección». Y centra la misiva en la dimensión espiritual que este día, este momento tiene, porque «hasta que no hay relación personal con el Espíritu Santo, no hay propiamente vida espiritual, vida cristiana, vida en el Espíritu». El quincuagésimo día del tiempo pascual es la fiesta más importante después de la Pascua y la Navidad y dice el prelado que en ella «hay una nueva efusión del Espíritu Santo sobre cada uno de los que lo invocamos y sobre la entera humanidad, por la que intercedemos especialmente en este día».
Recuerda que el Espíritu Santo es «el autor de la gracia en nosotros» y que de él brotan las virtudes teologales; la fe , la esperanza y la caridad, y las no menos importantes virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza. «Y del Espíritu proceden los frutos que adornan el alma y le ayudan a funcionar con soltura: caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad (Gal 5,22-23, Catecismo 1832)».
Demetrio Fernández, recibe a los medios en el marco de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Demetrio FernándezJesús D. Caparrós

Ya que el Espíritu Santo es el que mueve los corazones humanos «en busca de la paz, la concordia, y el bien universal», acaba el prelado pidiendo al Espíritu Santo «para que venga en ayuda de los que rigen los destinos de los pueblos e inspire en ellos sentimientos de solidaridad, de fraternidad, de paz, de comunión».
Pueden leer la carta íntegra en este enlace.
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