Salida procesional de Nuestro Padre Jesús de la Salud

Salida procesional de Nuestro Padre Jesús de la SaludJesús D. Caparrós

La Salud flota entre la multitud en un Jueves de Pasión apoteósico

La Misericordia le esperó en San Pedro para una ofrenda floral y en San Andrés saludaron al interior del templo

Flotando. La pro hermandad de la Salud en el Beso de Judas culminó un Jueves de Pasión donde durante todo el recorrido tuvo que ir abriéndose paso entre la multitud. Desde que las puertas de Puerta Nueva se abrieron, ya se vaticinaba que la noche iba a ser espléndida. El número de nazarenos creció, el andar del paso fue diferente y la agrupación musical de la Redención ralló al nivel tan altísimo que ya entiende como normal.
Sobre las nueve menos veinte de la noche, las puertas del templo se abrieron. El paso, rozando la puerta, avanzó para dejar atrás el interior de Puerta Nueva y el himno nacional sonó. La Redención entonó Alma de Dios y la Esperanza de María y el misterio empezó a encarar la primera parte del recorrido que le iba a llevar hasta San Pedro. Desde la lejanía parecía que se pasaba de mano en mano, abriendo camino entre la tantísima gente que se echó a la calle a ver a esta hermandad.
En San Pedro, la hermandad de Misericordia esperó para realizar una ofrenda floral. Los nazarenos avanzaron por el interior del templo y la Saeta sonó para la revirá por la puerta de San Pedro. Y de San Pedro a la plaza del Potro para por San Francisco llegar a Capitulares, donde el retraso empezó a ser notorio en cuanto al reloj pero sin pesar en las piernas ni en las ganas de nadie.
La hermandad crece con la mirada puesta en la madrugada. Y la noche le sienta genial. Ni su amplísimo número de nazarenos ni los devotos dejaron solo al Señor. Al llegar a San Andrés, el paso giró y se quedó a las puertas. El capataz de la Salud también ostenta el martillo de Nuestro Padre Jesús de las Penas y los lazos son estrechos. Estrella Reina del cielo y la Esperanza de María sonaron mientras Nuestro Padre de la Salud avanzaba hasta la mismísima puerta del templo fernandino.

De vuelta en el barrio

Sobre la una de la madrugada, la hermandad dejó San Andrés y no fue hasta sobrepasadas las dos de la mañana cuando regresó al interior de su templo, extremo que hay que poner en valor. Un día laborable, hasta más de las dos de la mañana, con las calles repletas de gente a su alrededor. ¿Qué pasaría si en vez de Jueves de Pasión fuesen siete días más tarde y la hora de salida se postergara a más allá de la media noche?
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