La Soledad, muy acompañada en Franciscanos
La lluvia nocturna deja un Viernes Santo de iglesias con bulla
Poco después de las nueve de la noche empezó a llover y reafirmó las decisiones
La lluvia. Otra vez la lluvia. Por tercera jornada consecutiva, Córdoba no vio ninguna procesión aunque los templos volvieron a llenarse de gente que se acercó a las cofradías a intentar disfrutar del Viernes Santo. La jornada empezó torcida, o mejor dicho, llegó torcida desde el jueves cuando la hermandad de la Conversión tuvo que suspender su Estación de Penitencia por el temporal y sus consecuencias. Pese a ello, en Electromecánicas, la Redención regaló su música para aliviar el dolor de no poder ver a los titulares sobre sus pasos, aunque sí en el presbiterio.
En la jornada persé, la actividad se inició en Santa María de Guadalupe, donde la hermandad de la Soledad optó por la decisión que después repetirían todas las demás cofradías. A la hora de salida cayó un chaparrón que trajo sol y buen tiempo durante casi toda la tarde, lo que animó a la gente a moverse entre templos y hacer largas colas. En el interior, la banda de la Estrella dejó su sello con marchas como «Expirando en tu Rosario», y un repertorio que de haberlo permitido el tiempo, habrían replicado en la calle.
No tardó tampoco la hermandad de los Dolores en comunicar la decisión. En Capuchinos las lágrimas y los llantos se hicieron presentes. La devoción a la Virgen es fuerte y la cantidad de Viernes Santo sin procesionar en la última década han sido demasiados. Tanto Coronación de Espinas como la banda de música de Cañete hicieron sonar sus instrumentos porque a la hora de salida teórica, el tiempo no era malo y la tarde recordó a otras de no hace mucho con buen tiempo y las imágenes dentro.
Esperanza baldía
Los mentideros cofrades elevaron a cierta hora de la tarde la posibilidad de un 'sí' en San Pablo o en el Campo de la Verdad. Por momentos lo pareció, pero ambas hermandades optaron por continuar la corriente. Los datos meteorológicos hablaban de un frente a la hora que finalmente llegó, por lo que la decisión fue de rezar en la intimidad primero y de abrir al público después en la hermandad de la Expiración y de apertura pública en el Descendimiento. Aquí, en el campo de la Verdad llegaron marchas del Caído y Fuensanta y alguna saeta, dedicado todo a los titulares.
Y el Viernes Santo se cerró donde se acostumbra, en la Compañía y con el Santo Sepulcro. Alrededor de diez minutos antes de la hora prevista para la hora de salida, la cofradía señaló de forma pública su decisión de no salir. Tras el rezo interno, la iglesia se abrió para elevar oraciones a los titulares del Sepulcro. Con todas las imágenes en sus templos, el Viernes Santo tocó a fin, con una intensa lluvia llegando la noche.
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