
Los obispos de Bangassou alertan de la escalada de violencia en su diócesis
Los obispos de Bangassou alertan del incremento de la violencia en su diócesis
Se han producido docenas de muertes en las últimas semanas en el sudeste de la República Centroafricana y el éxodo de miles de personas de zonas en conflicto
los obispos de Bangassou han hecho pública una carta dirigida a los católicos de la Diócesis y «a los hombres y mujeres de buena voluntad», sobre la guerra y la violencia que aqueja a la zona, ya que están profundamente preocupados por la violencia que afecta a la región de Haut Mbomou.
«No podemos aceptar que el sudeste de nuestro país, la República Centroafricana, sea un teatro de violencia de todo tipo, una tierra de la que huye la gente, una tierra de desolación. Lamentamos docenas de muertes en las últimas semanas», afirman en su comunicado.
Para los prelados de Bangassou, el sudeste lleva décadas de luto, ya que se trata de una tierra codiciada y explotada primero por los rebeldes Tongo-Tongo del LRA, luego la Seleka y finalmente la Ani Kpi Gbe; este último movimiento, nacido para proteger a la población de la violencia de la UPC y otros grupos armados en el pasado, «corre el riesgo de convertirse en un peligro para la propia población. En las últimas semanas hemos llorado a los muertos: soldados de las Fuerzas de Seguridad Nacional, y muchos, demasiados, civiles. Civiles golpeados, heridos y torturados con total impunidad», añaden.
Asimismo, lamentan el éxodo de miles de civiles obligados a huir de Zemio, Mboki y Djema, incluyendo a decenas de miles que se dirigen al Congo y muestran su pesar con los pueblos bombardeados, saqueados e incendiados,
Los obispos de Bangassou consideran que hay que poner coto a la situación, ya que la violencia solo genera más violencia, división y miseria, odio, desconfianza y, al final, un círculo infernal de venganza y piden a todas las partes involucradas: Azande, Ani Kpi Gbe, FACA, Wagner y la población, «que pongan fin a la violencia y se esfuercen para que esta región remota y aislada, sin carreteras ni comunicación, pueda vivir en paz y convertirse en una tierra donde cada mujer, cada hombre, cada niño, cada joven, puedo mirar a la vida y al futuro con esperanza». La Iglesia Católica, que en estas semanas ha abierto sus puertas en las misiones de Zemio, Mboki y Obo, «siempre está dispuesta y disponible para dar la bienvenida a aquellos con buena voluntad alrededor de una mesa para debatir y trabajar por la paz, la reconciliación y el desarrollo en la región, ya que no es tiempo para guerra y violencia, sino para el diálogo», concluye la misiva.