La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz AyusoEuropa Press

Comunidad de Madrid

Desterrar la «censura, el sectarismo y la endogamia»: Ayuso defiende su cuestionada ley de Universidades

Que Iván Espinosa de los Monteros pueda dar una charla en la Complutense sin que una turba de radicales se lo impida, o que Isabel Díaz Ayuso pueda recoger un premio sin que tenga que salir de la Facultad de Ciencias de la Información, en la que estudió, escoltada por la Policía para no ser agredida. En definitiva, que las seis universidades públicas de la Comunidad de Madrid sean espacios donde no reine un pensamiento único, escorado más bien a la izquierda, sino que sean lugares donde impere la libertad de expresión para defender todas las ideas. Ese es uno de los objetivos principales de la ley de Universidades de Madrid que viene rodeada de polémica.

Se trata de una ley que lleva más de dos años preparando el Gobierno regional, junto con los rectores de la Complutense, la Politécnica, la Autónoma, Alcalá, la Carlos III y la Rey Juan Carlos, y de la que, por el momento, ha trascendido un borrador que ha sido fuertemente criticado por la izquierda por, entre otras cosas, esbozar un régimen sancionador para castigar determinadas conductas.

De hecho, este extremo fue portada del diario El País el pasado miércoles con una información que la presidenta autonómica calificó de «falsa». Posteriormente, desde la Consejería de Educación matizaron que se trata de un régimen sancionador que «sigue la línea de la Ley nacional de convivencia universitaria aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez en 2022».

Así las cosas y a falta de conocer todavía cuál será la redacción definitiva de esa ley -algo que, previsiblemente ocurrirá a lo largo de este verano-, Díaz Ayuso esbozó ayer durante la toma de posesión del nuevo rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Abraham Duarte, algunas de las líneas que va a seguir esa normativa y qué objetivos persigue.

«Esta ley nos ayudará a promover centros libres, sin censura, sectarismo ni endogamia», proclamó la dirigente regional, al tiempo que se comprometió a que esa legislación va a proteger la libertad de cátedra, de investigación y el ejercicio de derechos fundamentales.

Respecto a la libertad de expresión, subrayó que la ley persigue que esta se respete «siempre» con «independencia de las ideas que se defiendan» para que la universidad sea un lugar «libre, plural y de calidad».

Además, después del globo sonda lanzado por el Gobierno regional de ataque a las universidades privadas, Ayuso defendió la convivencia de ambos modelos universitarios. «No creemos que esto tenga que ser una lucha entre público y privado, pero conocemos bien desde dentro lo que significa ir a la universidad, con mayúsculas», lanzó, al tiempo que recordó que todos responsables en materia de educación de la Comunidad de Madrid han estudiado en la universidad pública.

Ayuso también destacó la importancia de la lucha contra la endogamia y respetar que «los mejores estén al frente de las instituciones», que los rectores sean catedráticos, puesto que la «excelencia el conocimiento y el saber debe siempre primar y ser un faro para los alumnos», evitando que la polarización y la politización «lo coman todo».

«Que todo el mundo pueda ir a la universidad pública y en la vida universitaria, en libertad, dar un curso, una conferencia y no sentirse extraño, perseguido ni acosado», enfatizó.

Por otra parte, la presidenta ha recordado que la futura Ley pondrá a disposición de las universidades un nuevo modelo de financiación que incluye la básica para el funcionamiento de los campus, otra para necesidades singulares y una tercera, de carácter opcional, vinculada a la consecución de objetivos como potenciar la formación dual o unas pruebas de admisión más exigentes, entre otros criterios.

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