
Las conocidas casas de colores groenlandesas
Viajes
Qué visitar en Groenlandia: las maravillas de una de las islas más grandes del mundo
Esta isla, parte del reino de Dinamarca, cuenta con muchas maravillas no tan conocidas por el viajero común
La segunda isla más grande del mundo por detrás de Australia es Groenlandia, con una superficie de 2.130.800 kilómetros cuadrados. Está ubicada en el océano Atlántico Norte, con la mayoría de su territorio en el Círculo Polar Ártico y muy próxima a los archipiélagos canadienses del norte y a Islandia por su costa este. La isla es hogar para la capa de hielo más extensa del mundo después de la Antártida, y su fauna y vegetación son las propias de un clima tan gélido: osos polares, zorros árticos y animales marinos como focas y ballenas, y tundra—fruto de nieve que se derrite y da paso al crecimiento de musgos y flores árticas—.
Actualmente en boca de muchos por los recientes deseos del presidente norteamericano Donald J. Trump para comprar la isla, no pasa desapercibida entre los trotamundos. Los viajeros más atrevidos querrán adentrarse en las profundidades insulares que ofrecen muchas posibilidades únicas fuera del alcance de la mayoría. La lista de '52 sitios que visitar en este 2025' de The New York Times incluye la isla e indica las medidas que está tomando para gestionar los altos flujos de turismo que se prevé para este año. Su proximidad al punto más norte de la Tierra la plaga de aguas termales, icebergs y auroras boreales de gran interés para turistas. Además, la fama de su vecino islandés aumenta el interés por visitar al gigante helado.
En primavera, época recomendada por sus crecientes horas de luz y su clima menos extremo, será muy buena idea visitar el pueblo de Tasiilaq y sus alrededores, zona más poblada de la costa oriental, plagadas sus aguas de capelanes plateados, peces que emigran al volver el buen tiempo. Al bajar bordeando la costa sudeste se llega al fiordo de Sermilik, con multitud de témpanos asombrosos que se deslizan serenamente por las aguas. Los principales glaciares que dotan las aguas de icebergs son Helheimgletscher, Isgletscher y Midgardgletscher, ubicados en la parte norte del fiordo.
Para el avistamiento de animales salvajes uno de los mejores puntos del territorio es la deshabitada isla de Skjoldungen. El paisaje se compone de altas montañas, valles glaciares, tundra y bosques de sauces que alojan a focas barbudas, ballenas asesinas, aves como la collalba roja común o la collalba norteña.
Otra opción de turismo original es visitar algún pueblo inuit. La costa este cuenta con alguna aldea remota de esta cultura, como la de Augpilatok, ubicada en una región de montaña inaccesible por carretera a orillas del estrecho de Prince Christian, pero la región oeste de Qaanaaq es más popular para adentrarse en sus costumbres. Compartir tradiciones como la caza y la pesca en kayak, los bailes tradicionales alrededor del tambor, y disfrutar de la gastronomía local son actividades de atractivo turístico realizables en esta parte de la isla.
La capital Nuuk es una tierra fértil de alrededor de 20.000 habitantes. Está situada en la desembocadura de una amplia red de fiordos donde las aguas no se congelan en ningún momento del año. El centro histórico cuenta con una catedral de 1849, un museo nacional con la historia de la isla, múltiples restaurantes de comida típica como el bacalao, el arenque, la carne de foca, mejillones, cangrejos y hasta algas y bayas árticas. Es especialmente acogedora la mezcla de colores vívidos en las fachas de las casas, que pretenden alegrar el paisaje en los meses más oscuros.
Pero el invierno también tiene uno de los grandes atractivos de los territorios norteños: la vista de auroras boreales. El mejor destino es Kangerlussuaq, ya que se encuentra donde las auroras boreales entran a la zona aural. Se recomienda alejarse de luz artificial para poder disfrutar de los impresionantes haces de luz.