La isla más remota del mundo, en el Atlántico Sur.

La isla más remota del mundo, en el Atlántico Sur.Getty Images/iStockphoto

Cómo llegar y qué hacer en el lugar más remoto de la Tierra, a más de 2.400 km de la costa más cercana

No es un destino turístico en el sentido común del término, pero quien llega hasta aquí encuentra un lugar extremo, auténtico y excepcional por su aislamiento geográfico

Ostenta el Récord Guinness de «isla habitada más remota» del planeta. Para encontrar a su vecino habitado más cercano hay que recorrer más de 2.400 kilómetros hasta la isla de Santa Elena, donde Napoleón Bonaparte pasó su segundo y definitivo exilio tras su derrota en la Batalla de Waterloo en 1815.

El lugar habitado más remoto del mundo está en medio del Atlántico Sur y fue descubierto por el navegante portugués Tristão da Cunha en el año 1506

El lugar habitado más remoto del mundo está en medio del Atlántico Sur y fue descubierto por el navegante portugués Tristão da Cunha en el año 1506, pero la isla no fue habitada permanentemente hasta principios del siglo XIX, siendo anexionada por el Reino Unido en 1816. La isla lleva en la actualidad el nombre de su descubridor: Tristán de Acuña.

Sin aeropuerto

Cartel que certifica el singular récord de la isla.

Cartel que certifica el singular récord de esta isla volcánica.Kasra Hosseini

El lugar continental más próximo para los escasos 250 habitantes de Tristán de Acuña es Sudáfrica, a una distancia de más de 2.800 kilómetros. El principal y único asentamiento de la isla se llama Edinburgh of the Seven Seas. En Tristán de Acuña no hay aeropuerto ni acceso aéreo de ningún tipo y el transporte marítimo es escaso, por lo que llegar hasta aquí supone toda una experiencia viajera.

Edinburgh of the Seven Seas, el único asentamiento de la isla.

Edinburgh of the Seven Seas, el único asentamiento de la isla.Getty Images

El único modo de alcanzar esta isla volcánica es por barco y con planificación previa. La salida habitual se realiza desde Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Los barcos de suministro y los buques de la administración local hacen la ruta varias veces al año, aunque no existe una frecuencia estable equivalente a un servicio regular de pasajeros.

Comunidad autosuficiente

Cultivos para el autoabastecimiento en la isla.

Cultivos para el autoabastecimiento en la isla.Getty Images/iStockphoto

El viaje dura entre seis y siete días en cada sentido, dependiendo del mar y del buque disponible. Para desembarcar es obligatorio solicitar permiso al gobierno local y contar con alojamiento previamente aprobado. Los visitantes dependen de ese transporte: si el barco no puede fondear por el oleaje (algo frecuente), es posible que el viaje quede limitado a ver la isla desde cubierta.

Sello de Tristán de Acuña

Sello de Tristán de Acuña.Getty Images

Una vez en tierra, el interés principal está en la vida cotidiana de una comunidad aislada y autosuficiente. El pueblo concentra todos los servicios: un pub, la oficina de correos, la escuela, la iglesia, un pequeño museo y la tienda comunitaria. La economía se basa en la pesca de langosta, la agricultura de subsistencia y la exportación de sellos, un producto muy buscado por coleccionistas. La visita es también una oportunidad para recorrer los «Potato Patches», las parcelas agrícolas comunales en la base del volcán que domina la isla.

Pingüinos y mamíferos marinos

Pingüinos de penacho amarillo en Tristán de Acuña.

Pingüinos de penacho amarillo en Tristán de Acuña.Getty Images/Marc Guyt

Quien disponga de tiempo y condiciones meteorológicas favorables puede intentar ascender el Queen Mary’s Peak, el volcán de 2.062 metros que preside el archipiélago. También se organizan rutas guiadas para observar la fauna local y las colonias de aves y mamíferos marinos. Las playas volcánicas y los acantilados completan el paisaje de un territorio prácticamente intacto.

Vacas pastando en Tristán de Acuña.

Vacas pastando en Tristán de Acuña.Getty Images/iStockphoto

Uno de los puntos fuertes de Tristán de Acuña es la fauna que se puede observar, espectacularmente única y dominada por una inmensa población de aves y mamíferos marinos. Es un paraíso para los amantes de la ornitología, donde destacan las colonias de pingüinos de penacho amarillo y varias especies de albatros, incluido el albatros de Tristán, especie en peligro de extinción.

Un ave única

Rascón de Tristán

Rascón de Tristán.Animalia

Además, en las islas vecinas del archipiélago se encuentra el rascón de Tristán, el ave no voladora más pequeña del mundo. Las aguas circundantes albergan asimismo colonias de lobos y elefantes marinos, que descansan en las costas rocosas, así como diversas especies de ballenas y delfines que pasan por estas zonas protegidas del Atlántico Sur.

A Tristán de Acuña sólo se puede llegar en barco

A Tristán de Acuña sólo se puede llegar en barcoGetty Images

La vida en Tristán de Acuña es sencilla y limitada por el aislamiento. No hay hoteles convencionales y la comunicación con el exterior es mínima. El viajero debe contar con seguro, permiso, transporte reservado y con la posibilidad de que la estancia se prolongue más de lo previsto por razones logísticas. Es un viaje que exige preparación y no entiende de prisas y horarios, por lo que hay que agarrase a la flexibilidad. La recompensa, conocer y pisar el lugar habitado más remoto de nuestro planeta.

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