La ciudad que juzgó al nazismo y hoy brilla con un casco histórico de postal.
La ciudad que juzgó al nazismo y hoy brilla con museos y un casco histórico de postal
El estreno en España de Núremberg, la nueva película de James Vanderbilt, vuelve a colocar en el foco una ciudad cuyo nombre evoca uno de los episodios más trascendentales del siglo XX. Basada en el libro El nazi y el psiquiatra, la película profundiza en la relación entre el psiquiatra estadounidense Douglas Kelley (Rami Malek) y Hermann Göring (Russell Crowe) en los meses que antecedieron los históricos juicios.
Pero esta ciudad alemana del norte de Baviera no es solo el escenario donde se impulsó la justicia internacional moderna: es también una urbe que ha sabido mirar su pasado sin titubeos y convertirlo en un punto de partida para una identidad cultural vibrante.
La historia nazi
Centro de Documentación del Partido Nazi en Núremberg.
Esa conexión entre cine e historia puede ser el mejor pretexto para redescubrir la Núremberg real. El lugar imprescindible para empezar es el Memorium Nuremberg Trials, en el Palacio de Justicia. Allí se encuentra la mítica Sala 600, donde entre el 20 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946 se celebró el Tribunal Militar Internacional. Frente a su austera bancada, el visitante entiende de inmediato por qué aquel proceso marcó para siempre el desarrollo del Derecho Penal Internacional y se convirtió en símbolo de responsabilidad colectiva frente al horror.
El Centro de Documentación del Partido Nazi examina y muestra cómo se fabricó la propaganda del régimen
A unos kilómetros, el recorrido se amplía en el Centro de Documentación del Partido Nazi. Este museo, construido cerca del lugar donde se celebraron las manifestaciones del Partido Nazi de 1933-1938, examina las causas y consecuencias de la Alemania nazi. Es un espacio incómodo, pero imprescindible para comprender cómo se fabricó la propaganda del régimen y se logró que miles de personas participaran en las manifestaciones y desfiles. El centro afronta una profunda renovación, prevista para culminar en 2026, pero mantiene abierta una exposición provisional que permite contextualizar este capítulo clave de la historia alemana.
Un nuevo latido
Paisaje urbano de Núremberg
Sin embargo, Núremberg no vive anclada en su memoria. La ciudad late con más de 30 museos, galerías, espacios creativos y una escena cultural que sorprende al viajero. A su alrededor se levantan iglesias góticas impecablemente restauradas, plazas que recuperaron su trazado medieval tras la guerra y barrios donde la vida cotidiana se mezcla con una arquitectura que combina tradición y modernidad.
Fuente Schöner Brunnen bañada en oro en la plaza principal de Núremberg
El corazón de la ciudad, la Hauptmarkt (plaza central), alberga la Schöner Brunnen, la «hermosa fuente» bañada en oro con niveles de figuras, y la Frauenkirche, una iglesia gótica del siglo XIV. Pero para asomarse a la postal perfecta, basta subir hasta el Kaiserburg, el castillo imperial que domina la ciudad desde lo alto. Desde allí, los tejados rojizos y las torres históricas dibujan una imagen que no casa, al menos a primera vista, con la solemnidad que uno asocia a Núremberg.
Torre Sinwell (Sinwellturm) en el castillo de Núremberg
Es una ciudad acogedora, fácil de recorrer y con una personalidad que desarma expectativas. Porque desde la Edad Media Núremberg ha sido un reflejo de la historia alemana, impresionante, excitante, resplandeciente entre la grandeza y la tragedia.
Famosa por su mercadillo
Mercadillo de Navidad de Núremberg
Y si el viaje coincide con el Adviento, su célebre mercadillo navideño Christkindlesmarkt despliega un ambiente festivo que tiñe de luz y aromas su plaza principal. Una razón más para descubrir una ciudad compleja y fascinante, la que juzgó al nazismo y que hoy brilla con la fuerza de un destino cultural imprescindible en Alemania.